Miguel Hernán, catedrático de epidemiología en la Universidad de Harvard. Foto: Asisa.

María García Arenales / Sudestada / @MGArenales

Cuando el pasado mes de diciembre aparecieron los primeros casos confirmados del nuevo coronavirus en la ciudad china de Wuhan era difícil pensar que ese brote epidémico acabaría convirtiéndose en pandemia al expandirse rápidamente por diferentes continentes y que desataría una crisis sanitaria mundial sin precedentes.

Durante las primeras semanas del brote, el gobierno chino subestimó la gravedad del problema y hubo que esperar hasta el 20 de enero a que el presidente Xi Jinping adoptara las primeras medidas excepcionales para tratar de contener la enfermedad. Beijing puso en cuarentena a 750 millones de personas y ordenó estrictos controles sanitarios y restricción de movimientos, una severa supervisión en la que han participado miles de trabajadores y voluntarios y que ha logrado en los últimos días reducir el número de contagios y el de fallecidos.

China, que ha registrado más de 81.100 casos y 3.245 muertes desde que comenzó la crisis del Covid-19, no es el único país que ha conseguido aplanar la curva del coronavirus. Otros países asiáticos como Corea del Sur, Singapur o Japón viven una situación similar y están controlando la enfermedad.

El aislamiento de los contagiados, la aplicación del distanciamiento social y la promoción de medidas de higiene son algunas de las medidas que han ayudado a controlar el coronavirus.

En el caso específico de Corea del Sur, que ha registrado más de 8.400 diagnosticados y 84 fallecidos por la enfermedad, el método utilizado ha sido realizar miles de pruebas para identificar el virus en sus etapas más tempranas.

Sin embargo, mientras los países asiáticos se recuperan poco a poco, el coronavirus no da tregua en Europa, continente que se ha convertido en el nuevo epicentro de la pandemia, con al menos 100.470 casos, de los cuales 4.752 han fallecido.


La crisis italiana


Italia superó a China en número de fallecidos por el coronavirus. 

El país más afectado es Italia, que supera los 33.000 casos y 3.405 muertes, superando así a China en el número de víctimas. Sin alcanzar ese nivel de gravedad, también es preocupante la situación en España, que registra más de 13.700 diagnosticados y 767 fallecidos, la mayoría en la comunidad de Madrid.

Por su parte Francia suma más de 7.600 contagiados y 148 víctimas mortales, mientras que Alemania registra más de 10 mil diagnosticados y 26 muertes, según cifras oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La región más golpeada por el coronavirus en Italia es Lombardía, al norte del país, y fue la primera en ser aislada. Pero el elevado número de contagios y muertes hizo que el gobierno de Giuseppe Conte extendiera el 9 de marzo las medidas de aislamiento a toda la población, de forma que sus habitantes solo se pueden movilizar por motivos laborales o de salud y siempre con previa certificación, ya que se exponen a multas e incluso penas de cárcel.

Lucía Cortés, española afincada en Italia desde casi una década, es diseñadora gráfica y lleva varios días trabajando desde casa, saliendo a la calle solo para lo imprescindible. Vive en Tarzo, un pueblo de la norteña región del Véneto, por lo que evitar el contacto con otras personas es más sencillo que en una ciudad. Recordó que empezó a preocuparse cuando las imágenes que había visto en televisión de ciudadanos chinos asomándose a las ventanas para lanzarse mensajes de ánimo se repetían también en Italia y lamentó que haya gente que siga sin tomar en serio esta grave crisis.

“Las cifras que aquí ha dejado el coronavirus son muy preocupantes, pero la gente aún no está concienciada. Mi pareja por ejemplo trabaja en la recepción de una empresa de alimentación y el otro día sus compañeros se rieron de él cuando se puso una mascarilla... Tampoco en lugares como los supermercados se cumplen las distancias de seguridad”, contó por teléfono a Sudestada esta joven burgalesa, también preocupada por la situación en España.

El caso italiano llama especialmente la atención, ya que es el país más afectado por el coronavirus, ahora incluso por encima de China.

Aunque no hay una explicación clara para entender a qué se debe el elevado número de víctimas mortales en el país europeo, existen varios factores que han influido. Las pruebas del coronavirus realizadas en Italia se han centrado por ejemplo en quienes presentaban síntomas graves -principalmente personas mayores- pese a que la OMS recomienda también hacer test en los casos con síntomas leves porque es ahí cuando se puede aislar al paciente infectado y a las personas con quien ha mantenido contacto.

También hay que tener en cuenta que Italia cuenta con una de las poblaciones más envejecidas del mundo y que la gran mayoría de víctimas mortales por coronavirus en el país transalpino son hombres que superan los 80 años y que tenían enfermedades previas. El hecho de que los casos no se controlen a tiempo implica que el sistema sanitario se sature y esté al borde del colapso en muchos puntos de Italia.


El colapso español



En España, con una sanidad también desbordada en la comunidad de Madrid, el número de contagios y fallecidos por el coronavirus no ha parado de aumentar. La situación llegó a tal punto que el pasado 13 de marzo el gobierno de Pedro Sánchez decretó el estado de alarma durante 15 días, lo que permite limitar la circulación de personas, racionar el uso de artículos de primera necesidad o intervenir industrias, entre otras medidas.

Tanto la economía de España como la de Italia -y otros países europeos- están prácticamente paralizadas por el coronavirus. Mientras millones de personas se arman de paciencia para pasar la cuarentena en casa como mejor pueden, sólo permanecen abiertos negocios como supermercados, quioscos, tiendas de productos de primera necesidad y farmacias.

“Quizás nunca conoceremos las razones de por qué tantos contagios y muertes en ciertos países de Europa, pero sí sabemos que los países asiáticos ya sufrieron la crisis del SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo, otro coronavirus mortal) y están mejor preparados. En los países europeos no ha habido un diagnóstico inicial masivo, por lo que llega un punto en el que es imposible aplicar ciertas medidas”, explicó a Sudestada Miguel Hernán, catedrático de epidemiología en la Universidad de Harvard.

“Italia tuvo la mala suerte de ser el primer país donde empezó un brote grande y no se tomó en serio la epidemia. Lo que es aún más desconcertante es ver cómo otros países europeos como España, Francia o Alemania, que ya han visto lo que está sucediendo en Italia, no han tomado las medidas necesarias. Y ya se está empezando a ver también en América Latina”, advirtió el experto español, quien aseguró que aún es pronto para responder a muchas preguntas sobre este nuevo coronavirus.

Para intentar frenar la propagación del Covid-19, cuyos síntomas son principalmente fiebre, tos seca, dolor de garganta y dificultad para respirar, Hernán recomendó seguir el ejemplo de países asiáticos como Corea del sur y hacer un seguimiento intensivo de toda persona que tenga síntomas, además de impedir que el personal sanitario se infecte y concienciar a la población.