Tiempo estimado de lectura:
14/04/2020

El vector Vilardebó tiene a 40 policías de la cárcel de Punta de Rieles en cuarentena

Coronavirus: Los vínculos familiares entre una policía de la Guardia Republicana, con síntomas del virus, y una enfermera del hospital que dio positivo, provocaron alarma

La Guardia Republicana realiza custodia perimetral de cárceles. Foto: Presidencia.

Anabella Aparicio / Sudestada / @anabelapa


El domingo 5 de abril, Andrea Pastorini fue a hacer su guardia en la Unidad Penitenciaria Número 1 de Punta de Rieles, como lo hace periódicamente. Los domingos son días tranquilos para su tarea como chofer de la Guardia Republicana. Esa dependencia se encarga de la seguridad externa del centro carcelario y no accede al interior del recinto.

Como tenía poca tarea, fue a ayudar a sus compañeros en el área de revisoría y registro. El domingo es un día sagrado de visita para los internos. Ella veía pasar a los visitantes, que entraban y pasaban por el área de revisión, mientras anotaba los datos de cada uno en el cuarto contiguo.

La Unidad Número 1 es única en su estilo en Uruguay y algunos la han calificado como “de película”. Es la nueva cárcel construida bajo la modalidad de Asociación Público Privada. Tiene capacidad para 1960 reclusos, divididos en 10 módulos. También tiene un área donde solo están los efectivos de la Republicana, que tienen escaso contacto con operadores o internos. Desde su área, monitorean el centro y manejan la apertura y cierre de puertas con sistemas electrónicos.

Al llegar el momento de descanso, Pastorini dedicó esos minutos a conversar con algunos compañeros. Aprontó el mate. Tomó algunos, sin compartir, y volvió a su trabajo. En el vehículo oficial llevó a varios compañeros que fueron a repartir comida a un hospital, y terminó la jornada laboral.

Cuando volvió a su casa, en Ciudad del Plata, su suegra, quien vive junto con ella y su pareja, había empeorado su salud. En cama, con fiebre alta, tos y malestar. “La pasó mal”, recuerda Andrea. La mujer, enfermera del Hospital Vilardebó, trabaja en la Sala ocho, donde se detectó el primer caso de Covid-19 el lunes 6, que obligó a cerrar el centro psiquiátrico.

Aunque el domingo todavía no era oficial el brote de coronavirus en el Vilardebó, la funcionaria policial se dio cuenta, esa misma noche, que tenía que aislarse como lo había hecho su pareja tres días antes. Las dos empezaron a sentir algunos síntomas, como malestar en el cuerpo y dolor de cabeza. Síntomas leves, pero que les levantaban sospechas.

Su pareja trabaja en una playa de contenedores en la zona Oeste de Montevideo. Al decidir su confinamiento, avisó a sus jefes y la empresa tomó los recaudos correspondientes. Quienes estuvieron en contacto con ella, entraron en cuarentena por 48 horas. Ninguno presentó síntomas y se reintegraron a trabajar con normalidad.

Ese mismo domingo, luego de llegar a su casa, Pastorini avisó de la situación a sus superiores en la Guardia Republicana para tomar las medidas correspondientes de aislamiento preventivo. “Lo que me preocupaba más es que estuve con contacto con compañeros”, relató a Sudestada.

Al otro día, empezó a sentirse peor. Nunca hizo fiebre, a diferencia de su pareja y su suegra, trabajadora en el Vilardebó. Pero sí tenía un fuerte dolor de cabeza, mucho cansancio y un poco de tos.

Personal de enfermería de la Republicana la llamó para monitorear su estado de salud y hacer el relevamiento de quienes habían estado con ella, para contactarlos y solicitarles el aislamiento. Le dijeron que llamara al Hospital Policial para explicar la situación y solicitar que le hicieran el hisopado de forma urgente. Allí empezó un largo periplo.


La carrera por un hisopado


Foto: Presidencia. 

“En el Policial me dijeron que no me lo iban a hacer. Que iban a esperar unos días más”, relató. “Les dije que estaba con un poco de malestar en el cuerpo y me dijeron que me tome un antigripal. Me informaron que igual se iban a comunicar con la dirección técnica para tratar el caso y que en unos días me llamaban”, contó Pastorini.

Para lograr el test, según el protocolo vigente por entonces, tenía que tener más síntomas y un resultado positivo de su suegra quien seguía en cama con fiebre alta y todos los síntomas característicos de la enfermedad. “En un momento hasta me dio vergüenza, porque me hablaban como si no fuera tan necesario hacerme el test”, recordó.

No se dio por vencida. El mismo lunes 6 de abril, cuando le dijeron que no en el Policial, llamó al Hospitalito de ASSE ubicado en el Kilómetro 26 de Ruta 1 en Ciudad del Plata. Allí la derivaron con la Dirección Departamental de Salud. “En seguida se contactaron conmigo para preguntarme los síntomas que tenía”, dijo. Y entonces le informaron que iban a hacerle el análisis. Ese día el centro psiquiátrico fue “cerrado” y puesto en cuarentena.

El miércoles 8, su suegra recibió el resultado de Covid-19 positivo, junto a otros 21 funcionarios y pacientes del Vilardebó.

El jueves 9 en la mañana llegaron dos equipos de enfermeros: uno de la Médica Uruguaya para hacerle el test a su pareja, y otro de ASSE, para tomarle la muestra a Pastorini. Al otro día, su pareja se enteró que también era positivo de coronavirus. Pero ella seguía en la espera.

Mientras tanto, los tres celulares sonaban a toda hora. Cada prestador las llamaba por separado, a toda hora, para ver cómo estaba cada una y monitorear sus síntomas. “Llegaba un momento de la noche que no atendíamos porque no podíamos descansar. Y uno se siente mal en ese momento y necesita descansar la cabeza”, comentó.

Ella no solo tenía que contener su ansiedad, sino la de sus 40 compañeros que esperaban en sus casas el resultado de su test para saber si podían volver a trabajar. Un día la contactaban unos y al día siguiente otros. La respuesta era siempre la misma: “todavía nada”.

El lunes 13 decidió llamar a la Policlínica de ASSE de su zona. No encontraban su muestra, no sabían a donde se había mandado a analizar su hisopado y por eso demoraba el resultado. Estaban tratando de ver si fue al LATU o a un laboratorio del prestador público. Por eso, la espera se extendía un día más.

Finalmente, este martes 14 a la mañana le informaron que su test de Covid-19 dio negativo y que su estudio fue realizado en el laboratorio del Instituto Nacional del Cáncer (INCA).

Después de todo lo que pasó, Pastorini no estaba convencida del resultado. Por eso, pidió en el centro de salud que se lo hicieran de nuevo. Ella cree que puede tratarse de un “falso negativo”, ya que considera raro que, conviviendo con dos personas que tienen el virus y presentando notorios síntomas, ella no se haya infectado. Teniendo en cuenta, además, que no tuvieron tiempo de tomar medidas de aislamiento en la misma casa, porque cuando les confirmaron que su suegra tenía el virus, ya era tarde.

La demora en el resultado y la duda sobre el paradero de su muestra, es un tema que también le generó dudas, y otro motivo por el cual insistirá en un segundo estudio. Mientras tanto, ella y sus 40 compañeros, seguirán en la espera.


Las respuestas oficiales


Hay 40 custodias de la cárcel de Punta de Rieles en cuarentena a la espera de sus análisis. Foto: Presidencia. 

Consultado al respecto, el director Departamental de Salud de San José, Juan Atilio, dijo a Sudestada que no tenía conocimiento de esta situación, ya que es información personal del paciente. Pero agregó que “está todo encaminado” y que están siguiendo el estado de salud de las tres afectadas.

Por otra parte, desde la Unidad de Comunicación del Ministerio del Interior confirmaron a Sudestada que los 40 efectivos de la Guardia Republicana siguen en cuarentena, en primera instancia hasta el 19 de abril. También descartaron cualquier contacto de los casos sospechosos con operadores penitenciarios civiles y con reclusos. Por eso confían en que no haya casos sospechosos dentro de la cárcel.


“Paciente cero”



El lunes 6 de abril se confirmó públicamente que un paciente del Hospital Vilardebó tenía Covid-19. En un principio se pensó que era neumonía y por eso fue trasladado al Hospital Saint Bois, lo que causó que unos 40 profesionales de este centro y del Hospital psiquiátrico quedaran en cuarentena a espera del resultado. Esto implicó también el cierre y aislamiento de este último centro.

Este martes 14 al menos 28 pacientes del Vilardebó y 19 trabajadores de la salud tienen el virus confirmado. Se testearon 290 personas entre pacientes y funcionarios, pero aún se espera más de la mitad de los resultados. El caso de una de ellas, enfermera de la sala ocho donde estaba el “paciente cero”, fue conocido en la prensa porque fue el primero detectado en Ciudad del Plata, San José. La suegra de Andrea Pastorini.

Aliados de Sudestada