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27/03/2020

Red internacional señala riesgos de invertir en los proyectos de UPM

 Environmental Paper Network (EPN) advirtió a inversores y financistas sobre los riesgos ambientales y sociales vinculados con las actividades de la multinacional finlandesa en Uruguay
Víctor L. Bacchetta

Environmental Paper Network (EPN / Red de Papel Ecológico) es una red mundial formada por más de 150 organizaciones de la sociedad civil en 30 países que trabajan juntas por el objetivo de generar un cambio transformador en la industria de celulosa y el papel y en la sociedad en general. Tiene como finalidad que la producción y el uso del papel contribuyan a un futuro limpio, saludable, justo y sostenible para la vida en la Tierra.

El 24 de marzo último, EPN dio a conocer desde Berlín, Alemania, un informe de nueve páginas titulado “Documentando realidad y riesgo en Uruguay. La empresa forestal y de bioenergía UPM-Kimmene Oyj y sus pretensiones de liderazgo social y ambiental”. Este informe es parte de la discusión directa con la multinacional de un grupo de organizaciones sociales y profesionales de Uruguay y Finlandia. 


UPM había publicado, el 4 de marzo, en su página web oficial, una respuesta a la denuncia de hacerse pasar por ecologista (“maquillaje verde”) en sus actividades, firmada por 38 entidades uruguayas, finlandesas e internacionales y más de 70 profesionales y referentes sociales, con el resultado de investigaciones científicas sobre los impactos de la forestación y las plantas de celulosa en el ecosistema de pastizales.

“En términos de sostenibilidad, UPM se ha clasificado como uno de los mejores en su industria durante muchos años”, alegó la empresa en su respuesta y señaló el reconocimiento recibido por sus acciones para mitigar el riesgo climático, prevenir la deforestación y mejorar la gestión del agua. “¡Un logro notable dado que solo seis compañías ... en todo el mundo han obtenido este estatus!”, enfatizó UPM. 

El coordinador de la campaña forestal de EPN, Sergio Baffoni, dijo que el depósito de 24 millones de toneladas de carbono en las plantaciones de UPM existe solo en teoría. Las plantaciones de UPM en Uruguay “no almacenarán carbono de forma indefinida, sino que serán cultivados, cortados y utilizados para producir papel, mientras que otra parte se quema inmediatamente para generar electricidad”, aseguró Baffoni.

Por su parte, la coordinadora internacional de EPN, Luisa Colasimone, señaló que las declaraciones de UPM “no resisten una verificación realista de los hechos”. En su opinión, los proyectos de expansión de las plantaciones de eucalipto y de una nueva planta de celulosa en Paso de los Toros “pueden tener serios impactos en los recursos hídricos y la protección del clima, así como otros impactos ambientales y sociales”.

“Los campos pampeanos en Uruguay no solo albergan una biodiversidad única, sino que también almacenan grandes cantidades de carbono”, señaló Colasimone. “Esto también es cierto para los pastizales utilizados tradicionalmente como pasturas. Una gran parte de este carbono almacenado se ha liberado del suelo donde las plantaciones de eucalipto sustituyeron a los pastizales naturales”, sostuvo.

La EPN exhorta a las instituciones financieras a reducir el riesgo social y ambiental por sus inversiones en la industria de la celulosa y papel, a través del fortalecimiento de políticas institucionales orientadas por las normas “Green Paper, Red Line” (Papel ecológico, Línea roja) de EPN, que contienen los requisitos mínimos de los proyectos para evitar daños a las personas y al ambiente.

Evidencia científica de los impactos

La denuncia de entidades uruguayas, finlandesas e internacionales sobre la propaganda engañosa de UPM fue acompañada por el resumen de 18 investigaciones sobre los impactos de los monocultivos de árboles exóticos y las plantas de celulosa en zonas de pastizales naturales. Esta documentación se le hizo llegar a las autoridades del gobierno, el Parlamento, a la sociedad civil y medios de comunicación de Finlandia.

En pocos días UPM publicó una réplica dirigida solamente a las organizaciones finlandesas firmantes de la denuncia. La multinacional se preocupa por su imagen en Finlandia, país de origen y sede central de la empresa pero, al mismo tiempo, procura circunscribir el debate al país donde sus actividades están reguladas por normas de preservación ambiental, que no son justamente las que sigue en Uruguay.

El cambio del uso de la tierra en los países del cono sur está asociado con la estrategia mundial de la industria de celulosa para aumentar la producción y elevar la rentabilidad de las empresas, pero tiene un alto costo para las comunidades locales. Desde hace más de 20 años también se han registrado los impactos negativos sociales y ambientales de los monocultivos de árboles con eucaliptos y pinos en esta región.

En Uruguay, este proceso se formalizó con la Ley Forestal de 1987, que posibilitó la expansión de las plantaciones y la instalación de las plantas de celulosa de Botnia y Montes del Plata. Los partidos políticos representados en el Parlamento asumieron que esta era una “política de Estado” y esas empresas fueron obteniendo cada vez mayores privilegios frente a los restantes sectores de la economía nacional.


Sede de UPM en Helsinki, Finlandia

Desde hace más de 15 años, científicos de instituciones de Argentina, Brasil, Estados Unidos, Reino Unido, Uruguay y otros países, vienen estudiando los impactos de los monocultivos de árboles exóticos sobre el ecosistema de pradera natural del Cono Sur. Sin embargo, estas investigaciones son escondidas del público por las empresas y los gobiernos favorables a ese “cambio de la matriz productiva”.

Una de las principales conclusiones de esos estudios es que las plantaciones de eucaliptos almacenan menos carbono que la pradera originaria. En principio, esta conclusión no parece lógica si se compara el volumen de los árboles y el del pastizal, pero las investigaciones demostraron que el pastizal mantiene el carbono en el subsuelo, mientras que las plantaciones de eucaliptos lo liberan.

Por otra parte, la mayor parte del carbono contenido en la masa de esos árboles se libera al cosecharlos y transformarlos en celulosa. Además, como parte del proceso industrial se quema biomasa y se liberan gases de efecto invernadero con sus efectos sobre el clima. Por lo tanto, el alegato de UPM de que sus plantaciones reducen las emisiones de carbono que provocan el cambio climático es falso.

Las plantaciones de eucaliptos extraen los nutrientes y minerales que dan la fertilidad natural a estas tierras y desencadenan un proceso de desertificación en un ecosistema que insumió miles de años en constituirse. Por último, las investigaciones confirman que los monocultivos de eucaliptos y las plantas de celulosa asociadas reducen y contaminan gravemente las principales fuentes de agua de la región.
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