Víctor L. Bacchetta

Finalmente se conoció el informe de la Dirección Nacional de Calidad y Evaluación Ambiental (DINACEA) del Ministerio de Ambiente, presentado el pasado 26 de setiembre, confirmando y ampliando las informaciones de Sudestada, sobre la magnitud del derrame de soda cáustica en la zona franca de UPM en el departamento de Durazno, ocurrido a mediados de agosto, que se extendió a en predio vecino y se descargó sobre un arroyo llegando hasta el río Negro.



En paralelo, el viceministro de Ambiente, Gerardo Amarilla, respondió a la preocupación pública generada por la noticia, incluyendo la convocatoria del diputado Rafael Menéndez, de Cabildo Abierto, al ministro Robert Bouvier para dar explicaciones en la comisión parlamentaria respectiva. Sin embargo, Amarilla procuró minimizar la gravedad del hecho, dio informaciones erróneas y anunció una sanción por negligencia a la empresa de un valor meramente simbólico.

He aquí los hechos constatados por las inspecciones de los técnicos del Ministerio de Ambiente que permiten apreciar algunos efectos del derrame de soda cáustica:

- Se constató que el sensor de alcalinidad (pH) de la pileta estaba fuera de operación y ubicado en un lugar inadecuado desde hace bastante tiempo.

- El derrame fue detectado por el aviso del vecino lindero, previamente se había estado almacenando efluente en esa pileta durante un tiempo mayor al necesario.

- La afectación a la calidad del agua alcanzó hasta la desembocadura del arroyo Sauce en el río Negro, pero los efectos sobre este último no habrían sido de alta significación. Las copiosas lluvias ocurridas inmediatamente luego del derrame contribuyeron significativamente a la reducción de los efectos sobre el arroyo Sauce.

- El 21 de agosto en el arroyo Sauce, luego de fuertes lluvias en días anteriores, persistían efectos sobre la vegetación del borde y mayormente sobre la vegetación subacuática. No se pudo apreciar la existencia de ningún tipo de pez ni crustáceo en el curso.

- El 22 de agosto, seis días después del derrame y luego de fuertes lluvias, en la laguna que forma parte del río Negro, próximo a la desembocadura del arroyo Sauce, se observaron ocho peces muertos: dos tarariras, tres bagres trompudos, un bagre pintado y dos viejas del agua.

- Existió una sensible afectación sobre la biota del arroyo Sauce, particularmente evidente en el tramo lótico pero también en la laguna donde desemboca. Resulta esperable que la fauna acuática del tramo lótico haya sido extinguida por la alta alcalinidad en la masa de agua.

Los técnicos esperan que paulatinamente y de forma natural - sin intervenciones adicionales -se recomponga la fauna ictícola (macroinvertebrados y peces), sin perjuicio de considerar necesario un adecuado seguimiento para evaluar esas condiciones de recuperación.

Minimizando los daños

El viceministro de Ambiente, Gerardo Amarilla, a pesar del informe de los técnicos del organismo, utiliza en sus declaraciones ante la prensa una terminología destinada notoriamente a minimizar la magnitud de los hechos y sus consecuencias, con el fin de justificar después la sanción que se propone.


La pileta de UPM que contenía la soda cáustica

Amarilla evita en todo momento hablar de "soda cáustica", solo dice que es "un producto químico bastante potente". Esta planta de UPM consume 60 mil toneladas anuales de soda cáustica, unas 200 toneladas diarias.

Este producto muy peligroso para la salud humana y la vida en general proviene de la terminal de UPM en el puerto de Montevideo y debería ser transportado por el tren, aún inconcluso, así que va por la ruta 5 a una media de ocho camiones por día.

El informe de la DINACEA habla en todo momento del arroyo Sauce e incluye una imagen satelital del recorrido paralelo a la zona franca y su desembocadura en el río Negro, pero el jerarca solo habla de "una cañada" y "algunos peces muertos" (sic), cuando los técnicos del organismo usaron la expresión de "extinción" para referirse a la afectación de los seres vivos en el arroyo.



El vice ministro califica al hecho como un "accidente" y la sanción a aplicar como "una más de las 1.000 denuncias y cientos de multas que se aplican por año" (sic). No es un "accidente" o un hecho "imprevisto", sino un acto de "negligencia criminal" por sus consecuencias.

No fue el caso de un camión que volcó o un derrame inesperado en un trasvase o la descarga, sino el derrame completo de una pileta de almacenamiento inadecuada para recibir ese material.

Amarilla se contradice en sus declaraciones. Por un lado, dijo que sería "la primera multa para UPM en su nueva plana en Pueblo Centenario, que está en funcionamiento hace cuatro meses", pero la semana pasada anunció otra multa por sobrepasar los niveles aceptables en la descarga de los efluentes en el río Negro, que es otro componente del proceso separado del derrame en cuestión. Téngase en cuenta que esta planta no está aún funcionando a pleno.



Según el informe de DINACEA, se le aplicaría a UPM una multa de 1.000 Unidades Reajustables (UR) por la afectación del ambiente, por un incumplimiento considerado grave del Plan de Gestión Ambiental de acuerdo con el Decreto 349/05.

Además de no ser acorde a la magnitud del hecho, una sanción de poco más de 40 mil dólares es irrisoria para una empresa que gana 650 mil dólares por día solo con su planta ubicada en Fray Bentos. De hecho, es un estímulo para reincidir en la infracción.