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04/02/2020

Poder Legislativo gastó 560 mil dólares en dos sistemas de voto electrónico que nunca usó

Comienza una nueva legislatura y regresa la promesa de reactivar el mecanismo instalado en ambas cámaras hace entre seis y nueve años. Legisladores dicen desconocer por qué no se puso en marcha

La mano alzada y el conteo por los funcionarios sigue siendo la forma de votación en el Poder Legislativo. Foto: Parlamento.

Anabella Aparicio / Sudestada / @anabelapa

La transparencia en la gestión, es uno de los aspectos más destacados en los discursos de los candidatos presidenciales de todos los partidos durante la última campaña política. La futura vicepresidenta, Beatriz Argimón, y el próximo presidente de la Cámara de Diputados, Martín Lema, enfatizaron en este punto y anunciaron que en el próximo período habrá un “Parlamento digital”, aggiornado a las nuevas tecnologías y abierto a la población.

La promesa no es nueva y en los últimos años se tomaron decisiones (y se gastó dinero del erario) que iban en esa línea. En 2011 se instaló el sistema de voto electrónico en el Senado y tres años después llegó a diputados.

El objetivo declarado de la instalación de este nuevo sistema, tal como sucede en la mayoría de los parlamentos de la región, es dotar de mayor transparencia a la labor legislativa, mediante el seguimiento en tiempo real de las sesiones, quién asiste a ellas, qué votó cada legislador, y hasta el tiempo de permanencia de cada representante legislativo en la sala.

El sistema permitiría entonces un mayor contralor de la actividad parlamentaria y la población podría acceder a esos datos.

Sin embargo, el uso de este sistema no pasó de unas pocas pruebas de funcionamiento y una presentación ante la prensa, con la promesa de una implementación que nunca se concretó. Actualmente, Uruguay es de los pocos países Latinoamericanos que no cuenta con el mecanismo a pesar de tener una infraestructura ya instalada.


El primer sistema


Sesión del 21 de enero de 2015, cuando el Senado estrenó su sistema de voto electrónico que nunca más utilizó. 

El 16 de noviembre del 2011, a través de una licitación pública la secretaría del Senado compró a la empresa Pramin S.A., un “sistema de debate y amplificación de audio para la sala de sesiones” de la Cámara, según indica el texto.

El sistema de audio incluía 45 micrófonos, incluidos los cinco de repuesto, parlantes y el software para su funcionamiento, así como micrófonos adicionales y sus respectivos cargadores. El costo fue de 190.034 dólares (IVA incluido). Esto incluía el sistema de votación electrónica que por sí solo, tuvo un costo de 31.615 dólares.



Pasaron tres años y dos meses, y en enero del 2015 el entonces presidente de la cámara alta y actual ministro de Economía, Danilo Astori, presentó ante la prensa el sistema que se empezaría a utilizar en la actividad periódica del Senado.

“No queda ninguna duda, queda todo registrado con nombre y apellido. Y si un senador no está y se tiene que repetir la votación queda en la pantalla”, expresó en ese entonces Astori ante la prensa.



El sistema se estrenó votando la autorización a salir del país al entonces presidente José Mujica, por más de 48 horas. Esto permitió que el martes 27 del 2015 Mujica viajara a Costa Rica por una semana, para participar de la cumbre de presidentes y jefes de Estado de la Celac. Ya en este entonces estaba a cargo de la cámara el entonces vicepresidente Raúl Sendic.

El sistema instalado con aparatos marca Bosch, funciona de forma inalámbrica conectado a través de la red de WiFi de la Cámara. Esto generó inconvenientes en algunas pruebas, ya que al utilizar una misma red para la conexión de celulares y computadoras se restringía el ancho de banda de cuatro gigas y en consecuencia, se perdía conectividad.

Por lo tanto, el sistema no se podía utilizar cuando había alta demanda de internet. La solución a este problema sería instalar un sistema que sea a través de cableado, lo que implicaría cambiar las bases instaladas en la banca de cada legislador.

Finalmente el sistema nunca llegó a usarse más allá de las pruebas realizadas ante las cámaras de televisión. Los dispositivos continúan instalados.

El 31 de mayo del 2016, la empresa proveedora del sistema, Pramin S.A. fue clausurada por DGI bajo la ley 19.288. Se trata de un procedimiento estándar, que ocurre cuando la sociedad declara la extinción de todos sus pasivos sociales y adjudica los activos remanentes a los socios de la empresa. 


La intención de Diputados


Germán Cardoso era el presidente de la Cámara de Representantes cuando se compró el sistema de voto electrónico. Foto: Presidencia.

En enero del año 2014, el entonces presidente de la Cámara de Representantes y futuro ministro de Turismo, el colorado Germán Cardoso, presentó un nuevo sistema de voto electrónico frente a la prensa. “A partir de ahora con la instalación del voto electrónico va a quedar un registro permanente de qué vota cada legislador en cada proyecto, en cada artículo. Va a quedar el registro de versión taquigráfica y lo más importante, es que la gente del punto más alejado del territorio nacional, va a poder entrar a la página web del Parlamento y saber qué está votando su representante”

En la Cámara de Diputados, el sistema se compró en 2013 mediante una licitación adjudicada a la empresa Onalur SA por cinco años. Se invirtieron 370.546 dólares, lo que incluía la instalación, capacitación de los funcionarios de la Cámara Baja y el mantenimiento de los equipos.



El equipamiento adquirido marca Taiden, a diferencia de la Cámara de Senadores, funciona interconectado con un sistema de cableado. Por lo que el ancho de banda no es un problema.

En cada banca está el micrófono y una pequeña consola con los botones para votar por “sí”, “no” o abstenerse. Además del identificador de la tarjeta que lleva cada legislador, quien cuenta con un perfil donde se almacena la información sobre su actividad.

En Uruguay el reglamento no prevé una votación negativa, sino que solo es a favor o la abstención. Ese fue uno de los problemas que tuvo el sistema al momento de su puesta en marcha.

Se adquirió en ambos casos las licencias del software genérico que permite usar el sistema de audio y sumarle funcionalidades tales como el de votación electrónica. Otras características que se pretendía agregar eran las de: orden de oradores, manejo de agendas, la conservación y proyección de documentación durante una sesión. Todo esto, funciona conectado a una computadora central, que es la que administra y pone en funcionamiento todo el sistema, según explicó a Sudestada Ruben Lemes, técnico de la empresa Onalur SA que trabajó en la implementación del sistema. El experto indicó, a modo de referencia, que este equipamiento es el mismo que se usa en las salas de Naciones Unidas, en Estados Unidos.

A esta licitación también se presentó Pramin SA, quien vendió el sistema al Senado, pero fue desestimada porque “la forma de pago propuesta no se ajustaba a lo solicitado”, según indica la resolución.

Se esperaba que noventa días luego de esa presentación realizada en setiembre del 2013, el sistema comenzara a funcionar a pleno.

En octubre del 2014 legisladores y técnicos del gobierno español llegaron a Uruguay para brindar seminarios sobre la implementación de este nuevo sistema. Las jornadas fueron dirigidas tanto para la Cámara de Senadores como para la de Diputados, según consta en los registros del Parlamento.

El sistema de la cámara baja corrió la misma suerte que en el Senado. No se pudo implementar. Aunque hubo varios intentos por lograrlo.


Cámara de Representantes con los dispositivos instalados pero sin ser utilizados. Foto: Parlamento.

Primero, se explicó que el sistema informático adquirido junto con el equipamiento, no estaba adecuado a los mecanismos de votación uruguayos. Un ejemplo es que no permite votar en desorden el articulado de un proyecto de ley, lo que puede generar errores al aprobar un texto. Por lo tanto se planteó usar el sistema electrónico para la votación general y el sistema manual para la votación en particular. Pero no hubo consenso.

Por otra parte, se argumentó también que los legisladores deben usar su huella digital para no repetir votos. El problema, aparentemente es que no se puede registrar la huella de los suplentes en la misma banca, por lo que, ante la ausencia del titular, nadie puede votar por él.

En 2015 el entonces presidente de Diputados, el frenteamplista Alejandro Sánchez, trabajó con la empresa proveedora y se cambió el sistema de huellas por el de tarjetas RF ID, que funcionan al aproximar el plástico a un lector instalado en la banca, sistema similar al utilizado hoy en las tarjetas de transporte público. Se entregó una a cada titular y a cada suplente. Pero esto tampoco permitió ponerlo en funcionamiento para el resto de las sesiones.

En 2016, finalmente el sistema no se pudo terminar de adaptar a la dinámica del Parlamento uruguayo y por eso, quedó en desuso. El entonces presidente de la Cámara baja, Gerardo Amarilla, dijo al diario El Observador en ese momento que las modificaciones necesarias implicaban el mismo costo que comprar un sistema nuevo. “Nosotros no queríamos gastar más”, explicó.

Y así lo confirmó Lemes, técnico de Onalur SA. En 2016 tuvieron el último contacto desde Diputados por este tema. Hoy la empresa es proveedora en la cámara baja pero solo para el mantenimiento del sistema de audio. “Hoy los aparatos están actuales, se puede reactivar. Pero eso quedó a criterio de la cámara”, indicó el técnico.

“Tratamos de acercar el sistema lo más posible al reglamento de funcionamiento. Hubo pruebas y cotizaciones para adquirir complementos y hacerlo más viable, pero nunca se nos confirmó. A nosotros nos afecta este tema por una cuestión de imagen. Cada vez que se habla del tema se menciona a la empresa”, agregó Lemes.

Actualmente en cada sesión se utiliza en el método tradicional. Dos personas que están a ambos lados del presidente de la Cámara se encargan del conteo de votos de los legisladores que alzan la mano a favor de un proyecto. Luego pasan los números totales al encargado de la sala. La tarea en total, la realizan seis personas. Queda así sin saberse qué votó cada legislador, si votó el titular o el suplente y cuánto tiempo estuvo en sala cada parlamentario.

Desde la interna legislativa, varias fuentes indicaron a Sudestada que los funcionarios tampoco están de acuerdo con el sistema electrónico, porque temen que desaparezcan estas fuentes de trabajo.


“Los botones” de la banca


La botonera que los diputados no utilizan para votar en sala. Foto: captura Subrayado. 

“Sé que hay un dispositivo con botones y que no funcionó nunca, pero nunca averigüé bien”
, dijo a Sudestada el actual diputado y senador electo por el Partido Colorado, Adrián Peña. Tanto él como el diputado del mismo partido Ope Pasquet, coinciden en que el tema no estuvo en agenda ni a nivel partidario ni en la cámara.

“El Parlamento funciona hoy como hace 100 años, a veces de forma muy casera. No sé por qué no se ha logrado implementar aún”, indicó Pasquet.

El próximo presidente de la Cámara de Diputados, Martín Lema, indicó que “es necesario un desarrollo tecnológico” y por eso este será uno de los temas a trabajar en su gestión.

En tanto Javier García, senador y futuro ministro de Defensa, confirmó que durante la pasada legislatura no hicieron ninguna sesión con el sistema instalado, más que la prueba pública. A su criterio, “los avances tecnológicos no deberían ser complejos”, agregó.

“Yo lo que dije cuando terminé la presidencia, fue que fracasé con éxito”, al intentar poner en marcha el sistema, indicó el ex presidente de Diputados y senador electo por el Frente Amplio, Alejandro Sánchez. “Creo que este tema hay que volver a tratarlo en la próxima legislatura. Ahora puede haber más posibilidad porque hay una Cámara más renovada”, agregó.

En este punto coincide el senador frenteamplista Charles Carrera, quien agregó que no se han logrado los consensos políticos para concretar este tema.

Desde Cabildo Abierto, el diputado electo Eduardo Lust, dijo que si bien en la novel agrupación política no se conversó el tema, está a favor de implementarlo porque se trata de un sistema “mejor y seguro”. La idea es proponerlo en comisión luego que ingresen por primera vez a la función parlamentaria, y se adapten al funcionamiento legislativo. A su criterio, la no implementación no es por un motivo de costos. “Puede ser que hay un tema de control que a la gente no le gusta”, agregó Lust.

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