Una sentencia de de primera instancia condenó a los militares retirados del Ejército chileno Rafael Ahumada Valderrama y Jorge Tapia Castillo a cinco años y un día de prisión por ser cómplices de secuestro calificado de los militantes del Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros (MLN-T) Juan Ángel Cendán y Alberto Fontela.

Ahora, un Tribunal de Apelaciones resolvió que existen elementos suficientes para señalarlos como autores del crimen, por lo que elevaron la pena a 10 años y un día. Estos dos militares están inhabilitado para ocupar cargos públicos de por vida y no podrán ejercer profesiones mientras dure la condena.



El fallo del tribunal, al que accedió Sudestada, señala que la tipificación de “secuestro calificado” que fuera cuestionada por la defensa de los represores se ajusta a los hechos ocurridos en tanto que las víctimas fueron “ilícitamente privadas de su libertad, sin orden judicial que la justificara, siendo llevadas luego de su detención al Regimiento de Tacna no existiendo noticias sobre su paradero a partir de ese acontecimiento”.

Además, el tribunal rechazó la prescripción planteada por la defensa de los militares, que cuestionaron que se trate de un delito de lesa humanidad y pidieron la revocación del fallo de primera instancia. En opinión de los ministros del tribunal, el hecho de que los imputados fueran agentes del Estado y actuaran en el marco de “un ataque generalizado y sistemático en contra de un grupo determinado de la población civil” constituye el delito de lesa humanidad.


Juan Ángel Cendán

La defensa de los familiares de las víctimas planteó la necesidad de elevar la categoría de cómplices a autores, en el entendido que Tapia Castillo y Ahumada Valderrama eran oficiales de la Unidad de Inteligencia del Regimiento de Tacna, encargado de los interrogatorios y torturas de prisioneros.

Ahora, el caso quedó en manos de la Corte Suprema de Justicia de Chile que se expedirá sobre la apelación realizada por los abogados de los militares, explicaron a Sudestada fuentes vinculadas al caso.

Cendán, Fontela y su pareja, Anne Winifred, fueron detenidos por un grupo de militares en la casa de Fontela, en la comuna de Las Condes en Santiago, y luego trasladados junto a otros 20 extranjeros a la Escuela Militar, donde fueron interrogados sin ser torturados. En esa circunstancia, Winifred recuerda que algunos cadetes clamaban para que asesinaran a los prisioneros.

En este caso también  seinvestiga el secuestro del ciudadano brasileño Tulio Quintiliano Cardoso, integrante del Partido Comunista Revolucionario Brasileño, quien fue detenido junto con los dos uruguayos la noche del 12 de setiembre de 1973, un día después del golpe de Estado en Chile.


Alberto Fontenla

Ese día, en la noche del 12 de setiembre, Cendán, Fontela, Quintiliano y Winifred fueron trasladados al Regimiento de Artillería Motorizada de Tacna. Cendán, Fontela y Quintiliano fueron obligados a ingresar a ese cuartel, mientras que Winifred, que tenía cinco meses de embarazo, fue trasladada a otro establecimiento militar y liberada al día siguiente.

En el momento de su desaparición forzada, Fontela tenía 26 años y dos hijos. Era empleado de un restaurante en Santiago. Había llegado a Chile en noviembre de 1971, luego de estar tres meses recluido en el Centro General de Instrucción de Oficiales de Reserva de Uruguay, detenido bajo las medidas prontas de seguridad del gobierno de Jorge Pacheco Areco.



Cendán tenía 22 años y una hija de nueve meses, y trabajaba en un hotel de la capital chilena. Había ingresado a Chile desde Argentina a mediados de enero de 1973, junto a su compañera y su hija.

La versión de las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile sostiene que los cuerpos de Cendán y Fontela fueron arrojados al mar en las costas de San Antonio. Sin embargo, un sobreviviente del Regimiento de Tacna asegura haber reconocido a los uruguayos siendo trasladados desde ese lugar hacia el río Mapocho, uno de los principales de la capital chilena.