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30/06/2020

Por la pandemia, el Estado compró respiradores por US$ 1,2 millones sin licitación

Además hasta el 31 de mayo, destinó US$ 216.414 para reparaciones y adquisición de equipamiento complementario

Uruguay se preparó para una demanda de camas que nunca llegó. Foto: Presidencia.

María Natalia Rodríguez / Fabián Werner / Sudestada

El gobierno uruguayo gastó casi 1.350.000 dólares para acceder a 104 respiradores nuevos y reparar los existentes, desde que se declaró la emergencia sanitaria por el coronavirus, según un relevamiento realizado por Sudestada en las compras realizadas desde el inicio de la pandemia. Más de 1.200.000 dólares se gastaron sin recurrir a licitaciones o concursos, mediante adjudicaciones directas o compras por excepción, gracias a un decreto del 24 de abril que flexibilizó las compras estatales. 

Según la Compra Directa 4/2020 del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) disponible en su página web, 50 de estos equipos nuevos (en rigor, equipos de anestesia con ventilador mecánico avanzado, marca General Electric) fueron adquiridos a la empresa Mare Ltda. por un total de 1.050.000 dólares (sin impuestos), pero su ingreso al país no consta en los registros aduaneros con el número “901920”. En la nomenclatura aduanera este código corresponde a productos para “respiración artificial u otro aparato de respiración terapéutico” así como “partes y accesorios de los mismos”.

Otros dos respiradores de la marca estadounidense-australiana Resmed que aparecen en la misma resolución del MEF tampoco figuran en las planillas de Aduanas, aunque la firma que representa a las empresas importadoras asegura que ya tenía los equipos en el país al momento de la adjudicación. Sí aparecen, en cambio, dos ventiladores de la marca alemana Dräger, que arribaron a Uruguay 11 días antes de que se resolviera la compra y a un costo cuatro veces inferior que el pagado por el Estado.


Compras directas y excepcionales

El coronavirus llegó oficialmente a Uruguay el 13 de marzo, día en que el gobierno anunció la aparición de cuatro casos en Montevideo. A partir de allí, se declaró la emergencia sanitaria y comenzaron a adoptarse medidas a fin de contener la pandemia y enfrentar las posibles consecuencias de su diseminación.

Entre las decisiones adoptadas por el Poder Ejecutivo estuvo la ampliación del número de camas de cuidados intensivos y el incremento de la disponibilidad de respiradores, previendo que la cantidad de casos positivos desbordara la capacidad sanitaria existente.

Durante una entrevista en Canal 12, el domingo 21 de junio, el ministro de Desarrollo Social Pablo Bartol aseguró que desde el 13 de marzo el gobierno compró “200 respiradores”, pero ese dato no se ajusta a la realidad.

El 23 de marzo el gobierno dispuso la realización de un llamado a concurso para la fabricación de respiradores de industria nacional mediante el financiamiento de un fondo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) para lo cual destinó un total de 6 millones de pesos uruguayos (133 mil dólares estadounidenses) a modo de subsidio.

En las condiciones del llamado, el gobierno propuso “la fabricación de emergencia de respiradores básicos que puedan ser utilizados como último recurso, cuando ya no se disponga de equipos debidamente certificados, ante una situación de absoluto desborde de las capacidades sanitarias, especialmente a nivel de centros de tratamiento intensivo”.

La resolución agregaba que “Esta inquietud surge a partir de proyecciones que indicarían que la cantidad de respiradores existentes en el país puede ser insuficiente ante ciertas tasas de crecimiento de los infectados con COVID-19”.

Si bien para la adjudicación del contrato no se exigió la homologación previa del equipamiento por parte de la autoridad sanitaria, en el texto de la convocatoria se pidió que se tomaran como ejemplo “diferentes iniciativas a nivel mundial”, entre las que mencionó la solución de código abierto Ventilaid y el proyecto E-Vent desarrollado por ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por su sigla en inglés).


Respirone, uno de los modelos aprobados por la ANII y el MIEM. Foto: ANII. 

Entre las 19 propuestas presentadas, el gobierno eligió dos, que se repartieron la fabricación de 25 respiradores cada una. Por un lado, el consorcio conformado por Ingenca SRL, Tador SA, Note SRL y Pensur Ingeniería, resultó adjudicatario de 1,5 millones de pesos (33.260 dólares) para fabricar los dispositivos denominados Respirone.

En tanto, otro consorcio integrado por Spectrum Uruguay SRL, Viviestar y Fundación Latitud, se adjudicó la fabricación de otros 25 dispositivos denominados Respiradores Neumáticos Modulares de Emergencia (RNME), por un total de 4,5 millones de pesos (99.780 dólares).


RNME, el segundo proyecto de respirador que recibió el subsidio. Foto: ANII. 

Posteriormente, entre el 8 y el 17 de abril, mediante resoluciones de la Unidad Centralizada de Adquisiciones del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) el gobierno dispuso la compra de 54 respiradores nuevos.

Una de las adjudicatarias fue la empresa Carla Besola Paolino (representante en Uruguay de AGA/Linde/Praxair), con dos respiradores de traslado de la marca estadounidense Resmed, Modelo Astral 150, por un precio unitario de 10.500 dólares y un total de 21 mil dólares, sin contar impuestos.

También las autoridades resolvieron adquirir otros dos ventiladores de la marca alemana Dräger, modelo Evita Infinity v500, a la empresa Clap Laboratorios SRL, por un precio unitario de 30 mil dólares estadounidenses, un total de 60 mil dólares sin impuestos.

Pero la compra más cuantiosa fue la de 50 equipos de anestesia con ventilador mecánico avanzado de la marca estadounidense General Electric, modelo Carestation 650, a un precio unitario de 21 mil dólares. El total de la compra sin impuestos aprobada a la empresa Mare Ltda. fue de 1.050.000 dólares.

En suma, desde que se declaró la emergencia sanitaria, Uruguay decidió la compra de 104 dispositivos de asistencia respiratoria por un total de 1.131.000 dólares, 54 de los cuales se adjudicaron mediante el mecanismo de Compra Directa (sin licitación), con el argumento de la necesidad generada por la pandemia de Covid-19. Las adquisiciones se financiaron con el dinero disponible en el Fondo Coronavirus, creado por la Presidencia de la República y aprobado por la ley N°19.874.

Luis Núñez, presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (Sumi), explicó a Sudestada que los respiradores adquiridos recientemente en el exterior todavía no fueron entregados en los centros de salud y que no estaba al tanto de cuándo llegarán ni cómo serán distribuidos.


Equipos que todavía no llegan

Según pudo confirmar Sudestada con las planillas de importación, la empresa Clap Laboratorios SRL registró la llegada al país de dos “aparatos respiratorios” el 6 de abril, 11 días antes de que se emitiera la resolución de compra, provenientes de los Estados Unidos (Documento Único Aduanero, DUA, N°52.868). Según dicho registro, el precio unitario que pagó la empresa privada Clap por cada equipo fue de 7.133 dólares, casi 23 mil dólares menos que lo que recibió del Estado uruguayo.

Mientras tanto, los 50 equipos de anestesia con ventilador mecánico avanzado adquiridos a la empresa Mare Ltda. todavía no tienen un DUA que dé cuenta de su ingreso al país, según los registros de importación de la empresa hasta el 17 de junio. En el detalle de la compra se mencionaba que la entrega se realizaría “a partir del 15 de Mayo de 2020”.

Lo que sí aparece un día antes es la importación de un respirador proveniente de Estados Unidos, por un valor de 11.324 dólares (DUA N° 88.125).

Tampoco hay registro de ingreso (desde el 13 de marzo hasta el 17 de junio) de los dos equipos comprados a las empresas representadas por Carla Besola Paolino. En cambio, las firmas AGA SA y Praxair Uruguay sí registraron la importación de 84 "aparatos de oxigenoterapia con sus manuales y conexiones" provenientes de Estados Unidos, en cuatro tandas: una el 13 de marzo, dos el 16 de abril y la última el 16 de junio.

El día 13 de abril La Diaria publicó que los equipos comprados por el Estado ya estaban en el país, listos para su entrega, según dijo la representante empresarial. Dos semanas más tarde El Observador consignó que al momento de adjudicarse la compra Carla Besola Paolino no se encontraba habilitada como proveedor del Ministerio de Salud Pública.

Sin embargo, y sin que exista una resolución dando cuenta de la compra, aparecen registradas dos adquisiciones directas realizadas por la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE).

El 5 de junio el prestador público de salud registró la importación de 5 respiradores provenientes de Estados Unidos por un valor unitario de 10.145 dólares (DUA N° 82.276), por un total de 50.725 dólares. Diez días después, ASSE registró la compra en España de dos respiradores a un valor unitario de 2.808 dólares (5.617 dólares en total).

Hubo otros organismos que también registraron el ingreso al país de equipos médicos de asistencia respiratoria, como fue el caso del Instituto Pasteur (5, por 4.926 dólares en total) o la mutualista Asociación Española (7, por un total de 160.700 dólares).


Reparación de respiradores


El Hospital Maciel fue el centro asistencial público que recibió más dinero para reparaciones. Foto: Presidencia. 

Desde que se declaró la emergencia sanitaria, y hasta el 31 de mayo, el Estado uruguayo destinó 216.414 dólares para acondicionamiento de respiradores y compra de equipamiento complementario, en todos los casos mediante adjudicaciones directas o compras por excepción. De ese monto, unos 117.729 dólares se adjudicaron bajo el concepto de reparación y unos 24.387 en repuestos. El resto del dinero total se distribuyó en la compra de componentes y accesorios.

Aunque son varias las empresas proveedoras, Bioerix SA es la que concentra el monto mayor de adjudicación, con más de la mitad del total del gasto en reparación y acondicionamiento de respiradores: 114.991 dólares. Le sigue Tecmar Médica SA con 20.392 adjudicados y Clap Laboratorios SRL con 14.794 dólares.

El Hospital Maciel fue el centro de salud público que concentró la mayor parte del gasto en este rubro, con un total de 93.748 dólares, seguido por el Hospital Pasteur con 55.367 y el Hospital Español 31.266. El resto del dinero gastado por el sistema público de salud en reparación de respiradores se distribuyó entre los centros hospitalarios de las ciudades de Rivera, Rocha, San Carlos, Tacuarembó y Treinta y Tres.

Los centros públicos también cuentan con respiradores donados por China en el año 2009, que no se estaban utilizando por problemas de funcionamiento. Cuarenta de esos equipos fueron reparados ante la posible saturación del sistema de salud a causa de la pandemia de coronavirus, extremo que hasta el momento no se produjo.

El 21 de abril Sudestada publicó el resultado de un relevamiento realizado entre todos los prestadores del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), que constató la existencia de 655 camas de CTI y 666 respiradores en todo el país. Ese número se mantuvo, según dijo el presidente de Sumi.

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