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07/08/2021

Miocarditis en joven de 14 años por vacunación contra el Covid-19

Pese a una reacción médica tardía, el primer caso en Uruguay de un adolescente con miocarditis aguda provocada por la vacuna contra el coronavirus sobrepasó la fase más crítica
Víctor L. Bacchetta

A mediados de julio último, un joven de 14 años, que llamaremos Hipólito, recibió la segunda dosis de la vacuna de Pfizer contra el coronavirus y a la noche comenzó a sentir fiebre y náuseas. Era viernes, la reacción se consideró factible por la cercanía de la inyección, pero prosiguió el fin de semana y el lunes lo despertó con un fuerte dolor en el pecho. Entonces los padres decidieron llamar a la emergencia.

La emergencia móvil que concurrió ese día no encontró nada anormal, recomendó que llevaran a Hipólito a la emergencia de la mutualista de la cual es afiliado, en donde lo atendió un pediatra. Le hicieron una radiografía de tórax, no vieron nada particular yle indicaron que viera a un cardiólogo, con una consulta para el mes de agosto. El joven retornó para su casa con la receta de un analgésico antiinflamatorio.

El martes, Hipólito amaneció con un dolor agudo en el pecho que lo hacía llorar, por lo que los padres llamaron de nuevo a la emergencia móvil. Esta vez le realizaron al joven un electrocardiograma en el acto y decidieron llamar a una ambulancia. Lo llevaron al sanatorio, le hicieron un ecocardiograma y el diagnóstico fue miocarditis, razón por la cual lo internaron de inmediato con pase al CTI por el riesgo de infarto.

La miocarditis es una inflamación del músculo cardíaco, y la pericarditis es una inflamación de la capa exterior que recubre el corazón. En ambos casos, el sistema inmunitario del organismo causa la inflamación en respuesta a una infección u otro factor desencadenante. El infarto exige cuidados médicos lo más rápido posible y cuanto más joven es la persona, mayor es el riesgo de que sea fatal.

Hipólito estuvo cinco días en el CTI y cinco días más en sala común del sanatorio hasta que le dieron el alta. A la salida le hicieron un electrocardiograma que indicó una mejoría, pero no que superara completamente la situación. Volvió a su casa con la indicación de reposo absoluto por tres semanas y la perspectiva de recuperación en seis meses, con una dieta estricta y la prohibición de hacer ejercicios.


Gráfica de los CDC donde se percibe la mayor incidencia de la reacción adversa en los jóvenes. Informes preliminares de miocarditis/pericarditis a VAERS después de la vacunación con ARNm Covid-19 por edad y número de dosis (al 11 de junio de 2021). Barra en azul, la dosis 1, y barra en rojo, la dosis 2.

En la internación le realizaron al adolescente varios estudios para determinar la causa de la miocarditis. Le hicieron análisis de sangre y una resonancia magnética cardiovascular, buscaron detectar problemas congénitos ola acción de una bacteria u otro elemento externo. Los médicos concluyeron que Hipólito era completamente sano y el primer caso en el país de miocarditis generada por una vacuna contra el Covid-19.

Esta vez, el desenlace no ha sido fatal, pero los padres de este joven quieren que se conozca el caso, sobre todo para que otros padres puedan estar alertados si tienen que enfrentar una situación semejante. La decisión de aplicarse la vacuna contra este coronavirus había partido, más allá de los padres, del adolescente que lo vivía como una condición para seguir compartiendo los juegos con sus amigos.

Al menos ahora, no caben dudas de que las autoridades del Ministerio de Salud Pública tienen conocimiento de este caso, pero esta no es una situación sorprendente ni excepcional en el contexto de la pandemia mundial en vigor. Desde el inicio de la vacunación se vienen registrando y estudiando los efectos adversos específicos de las vacunas contra el Covid-19 que obtuvieron la autorización de emergencia.

Vacunación contra el Covid-19 en jóvenes

Es sabido a esta altura que la proteína Spike contenida en el virus Sars-CoV-2, por sí sola, sin necesidad de estar asociada al virus, puede ocasionar daño en diversos tejidos y órganos, atraviesa la barrera hematoencefálica, daña la pared interior de los vasos sanguíneos (los endotelios) e induce a la desregulación de las mitocondrias, lo que genera hipertensión, inflamaciones y la formación de trombos, que son las manifestaciones clínicas del Covid-19.

Se sabe asimismo que las vacunas autorizadas se basan en lograr que el organismo comience a producir enormes cantidades de la proteína Spike y que el ARN mensajero modificado (ARNm) y los vectores virales recombinantes de estas vacunas no se limitan a los sitios de inoculación, sino que pueden distribuirse por la sangre y la linfa hacia otros tejidos y órganos, incluyendo el sistema nervioso, induciendo respuestas inflamatorias no controladas como las trombosis, miocarditis y pericarditis.



La estrategia de producir Spike y presentarla en la membrana de las células que las producen, hace que éstas se conviertan en potencial blanco del sistema inmunitario, pudiendo dar lugar a una respuesta autoinmune, por ejemplo en el corazón.

Utilizaremos datos y valoraciones de los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) y de VAERS (Sistema de Notificación de Reacciones Adversas a las Vacunas) de Estados Unidos, por ser un país donde la vacunación contra Covid-19 alcanza un alto porcentaje de la población y donde son más completos los registros de reacciones adversas, aunque mantienen aún un importante margen de error.

En junio de este año, el VAERS tenía registrados1.200 casos de inflamación cardíaca, conocida como miocarditis o pericarditis, en personas que recibieron las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna con ARN mensajero modificado contra Sars-CoV2.La mayoría de esos casos ocurrían en adolescentes y adultos jóvenes del sexo masculinode16 años de edad o más, con mayor frecuencia después de la segunda dosis.

De acuerdo con uno de los registros estadounidenses (Usafacts), se habían aplicado dos dosis de las vacunas a 15:860.005 personas de menos de 24 años, de donde se infería que 29:466.469 menores de 30 años contaban con ambas dosis. Como un 75% de los 1.200 casos de miocarditis/pericarditis eran personas de 12 a 30 años, la frecuencia de ocurrencia en este sector era de 0.003%.


Informes de reacciones adversas al VAERS después de la vacunación con Pfizer-BioNTech Covid-19: personas de 12 a 14 años frente a 16 a 25 años (datos hasta el 11 de junio de 2021)

Si se tiene en cuenta que al VAERS, de acuerdo con lo admitido por los mismos CDC, se reporta solamente del 1% al 10% de los efectos adversos reales, entonces sería un problema mayúsculo, ya que estaríamos hablando de que se están dando casos de miocarditis/pericarditis en 30 a 300 por cada 100 mil vacunados. O sea que, en el peor de los casos se estaría hablando de 3 casos cada mil vacunados.

Los CDC estiman que las personas de menos de 20 años tienen un riesgo de morir de Covid-19 de 0.00001 por ciento, 1 (uno) cada 10 millones de infectados. Si se toman los datos de VAERS como reales, el riesgo de morir de Covid-19 sería 300 veces menor que el riesgo de miocarditis pos-vacunación en los menores de 20 años. O sea que la relación riesgo/beneficio desaconseja claramente la vacunación.

La responsabilidad de las autoridades de salud no es convencer de la vacunación a la población por medio de la propaganda, como si estuvieran promoviendo un producto cualquiera, sino poner a disposición de las personas las informaciones suficientes y necesarias para tomar una decisión libre y consciente sobre el tratamiento de esta enfermedad que, como cualquier otra, puede afectar su salud y su vida.

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