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10/07/2021

Troccoli intenta demostrar que no puede ir preso por cuestiones de salud

El represor fue detenido este sábado por la policía italiana y permanece encarcelado en Salerno a la espera de la ejecución de la sentencia de prisión perpetua  

Jorge Troccoli evadió a la Justicia uruguaya pero no pudo hacer lo mismo con la italiana. 

El exmarino uruguayo Jorge Troccoli fue apresado este sábado pasadas las 10 de la mañana, hora de Italia, cuando salía de un control médico en el hospital de Battipaglia, un municipio de 50 mil habitantes en la provincia de Salerno, a 286 quilómetros de Roma.

El operativo se llevó a cabo con la participación de efectivos del Raggruppamento Operativo Speciale (ROS), comandados por el general Paquale Angelosanto. El procedimiento fue coordinado por el fiscal Antonio Mura y sus adjuntos Roberto Cavallone y Francesco Mollace.

Troccoli había sido monitoreado durante mucho tiempo por la policía y fue finalmente detenido pocas horas después de la confirmación de la sentencia por parte de la Corte Suprema de Casación de la capital italiana.

Según supo Sudestada, Troccoli intenta demostrar que por su estado de salud no puede ir a prisión, una estrategia que utilizaron los represores en Uruguay y que les permitió en su mayoría obtener la prisión domiciliaria.

Un juez de vigilancia, encargado de ejecutar la sentencia, se encuentra evaluando el caso, pero dada la gravedad de los crímenes existen altas posibilidades de que lo envíen a la cárcel. El análisis del caso puede tomar de una semana a dos, y en caso de resolver su reclusión el magistrado deberá decidir si enviarlo a prisión en Salerno o en otra cárcel italiana.

Dado que la prisión de Salerno tiene la mayoría de reclusos con penas bajas o en prisión temporaria, seguramente en caso de permanecer preso Troccoli deberá ser trasladado ya que la Justicia italiana le impuso una pena de cadena perpetua.


Su legajo lo llevó a la cárcel


Corte Suprema de Casación de Italia. Foto: F. Lessa.

Troccoli había sido absuelto en la primera instancia del juicio en Italia, porque un tribunal consideró que no existían pruebas suficientes para inculparlo por los delitos de lesa humanidad cometidos por la dictadura uruguaya. El marino fue ubicado en aquel país luego de haberse fugado de la Justicia uruguaya.

Sin embargo, su suerte cambió cuando el abogado Andrea Speranzoni, representante del Estado uruguayo y de familiares de varias víctimas, presentó nuevas pruebas durante el transcurso de la apelación.

Speranzoni se basó en los legajos militares que no habían sido tenidos en cuenta por la corte de primera instancia, para demostrar que los mismos tenían una participación activa y oficial en la coordinación represiva.

El abogado explicó que en el expediente de Troccoli consta que fue jefe del S2 (Inteligencia) del cuerpo de Fusileros Navales (Fusna) de la Armada y también oficial de enlace con la marina argentina en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma).

Según esa información, Speranzoni confirmó que Troccoli se encontraba en Argentina en la fecha en que se produjeron los secuestros de numerosos militantes de los Grupos de Acción Unificadora (GAU), el MLN-Tupamaros y el Partido Comunista Revolucionario (PCR), a finales de 1977 y principios de 1978.
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