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08/12/2014

Los seis liberados viajaron "encapuchados y engrillados"

La Institución Nacional de Derechos Humanos resolvió seguir de cerca la situación de los ex presos de Guantánamo, dijo a Sudestada Juan Raúl Ferreira
Lourdes Vitabar / Sudestada / @louvitabar

El consejo directivo de la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH) evaluó la llegada de los seis ex presos de la base norteamericana de la bahía de Guantánamo que se encuentran desde el domingo 7 en Montevideo y concluyó que se cumplieron los requisitos fundamentales exigidos al gobierno uruguayo para concretar su liberación. A la vez le encomendó a uno de sus directores, Juan Raúl Ferreira, que realice un seguimiento “natural” del asunto por encontrarse dentro del marco de las competencias de la institución.

Ferreira, quien desde hace largo tiempo se preocupa por las condiciones de reclusión en la base norteamericana de la bahía de Guantánamo, dijo a Sudestada que “habiendo cumplido los requisitos fundamentales de las condiciones solicitadas en la resolución que la INDDHH emitió el pasado mes de marzo (acerca de que llegaran en calidad de refugiados y se diera participación a Naciones Unidas en el proceso), la institución vio con beneplácito que el país se haya mantenido a la altura de su tradición humanitaria”.

Más allá de esto aseguró que la INDHH está preocupada por la forma en que fueron trasladados los ex prisioneros. “Hicieron el viaje encapuchados y engrillados. Sólo cuando tocaron tierra uruguaya se les quitaron los grilletes porque las llaves de estos fueron solicitadas a los oficiales norteamericanos”, dijo Ferreira quien tomó conocimiento de esta situación apenas inició el trabajo de seguimiento que le fue encomendado.

El director de la INDDHH remarcó que de acuerdo a la información de la que dispone uno de los hombres que tiene su salud más comprometida aguardaba ser liberado desde 2009 cuando el órgano interinstitucional creado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos recomendó el fin de su reclusión.

“A ese hombre le van a quedar secuelas, pero no antecedentes, porque no fue acusado ni juzgado ante un tribunal. No hay antecedentes delictivos que registrar pero cinco años de su vida desaparecieron”, sostuvo Ferreira sobfre las condiciones de uno de los prisioneros que permaneció recluido casi 13 años en la cárcel norteamericana.

Una vez que los seis ex detenidos sean dados de alta serán trasladados a un domicilio transitorio que  les proporcionará el Alto Comisionado para los Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR). Además, como todos los refugiados que se encuentran en Uruguay recibirán ayuda para obtener un empleo y lograr la integración a la sociedad.

El jerarca también expresó su preocupación por las reacciones que ya se han visto desde actores políticos de la oposición que se han manifestado en contra de la llegada de los ex presos. “Es increíble como algunas personas pueden cambiar el corazón por una roca”, sentenció.




Desde el gobierno se mantiene absoluto silencio respecto de la condición en que se encuentran los ex presos de Guantánamo, así como de los planes de reasentamiento que se implementarán una vez que sean dados de alta del Hospital militar. Allí se encuentran desde su llegada a Uruguay en horas de la madrugada del domingo 7, a la espera de los resultados de los exámenes clínicos que se les realizaron para comprobar su estado de salud.

En un breve comunicado que se limita a reproducir la carta abierta enviada por el presidente José Mujica a Obama, la Cancillería señala que “el gobierno de la República Oriental del Uruguay mantendrá respecto a ellos el más estricto apego a las normas de protección internacional humanitaria, de acuerdo a su solicitud de refugio”.

Las disposiciones del trámite de solicitud de refugio, que se inició apenas los seis ex detenidos pisaron suelo uruguayo debido a que fueron recibidos por Luis Porto, canciller interino y presidente de la Comisión de Refugiados (órgano interinstitucional que se encarga de evaluar y aprobar estos pedidos), incluyen la confidencialidad para la protección de los solicitantes. Y esa es la razón esgrimida por las autoridades nacionales para no proveer información oficial acerca de este asunto.

El domingo 7 también llegó a Montevideo, Cori Crider, integrante de la ONG inglesa Reprieve, que representa legalmente al sirio Jihad Abu Wa'el Dihab en el caso contra Obama por alimentación forzosa. En un comunicado Crider explicó que ahora Dihab está concentrado en reunificar a su familia y rehacer su vida en Uruguay. Asimismo, agradeció al gobierno uruguayo y en particular al presidente Mujica por su “compasión que puso fin a la tortura”.

La activista que logró hablar unos minutos con su representado al pisar suelo uruguayo, también afirmó que es delicada la situación de salud de Dihab, que ahora pesa 67 kilos. El ciudadano sirio quien se encontraba preso en Guantánamo desde 2002, venía realizando una huelga de hambre desde 2013 que solo fue interrumpida en febrero de este año cuando el traslado a Uruguay parecía una posibilidad inminente.

La preocupación por la situación sanitaria de Dihab fue compartida por fuentes políticas y del sistema de salud que tuvieron algún contacto con este hombre. De acuerdo a lo explicado, necesita de una silla de ruedas para movilizarse debido a su “fragilidad”. Pero auguran que se restablezca una vez finalizado el proceso de “salida” de la huelga de hambre.

En cuanto al resto de los liberados “algunos están muy mal”, en una “especie de estado de shock”. Parte de ese estado se debe a la forma en que se concretó el traslado desde la bahía de Guantánamo hasta Montevideo: “encapuchados y encadenados al piso del avión” de la Fuerza Aérea norteamericana que voló desde la Bahía de Guantánamo hasta Carrasco.

Por estas razones se estima que los seis liberados permanecerán internados algunos días más, aún cuando los resultados de los exámenes clínicos no indiquen la presencia de enfermedades severas o daños graves en su organismo.

Manejaba un exitoso restaurante

Jihad Abu Wa'el Dihab es el más conocido de los seis liberados en Uruguay como consecuencia de la demanda judicial que lleva adelante contra la administración de Obama por las sesiones de alimentación forzosa a las que fue sometido con la excusa de mantenerlo con vida a pesar de la huelga de hambre intermitente que llevaba adelante desde hace años. Según informó la ONG Reprieve, este juicio continuará a pesar del fin del encarcelamiento de Dihab.

Este hombre sirio de 43 años de edad fue apresado en 2002 por sospechas de estar vinculado a Al Qaeda. Antes de eso manejaba un exitoso restaurant y su esposa era maestra.



Al momento de su detención Dihab y su familia huían de Kabul (Afganistán) hacia Paquistán, ya que la ciudad se había vuelto insegura tras los atentados del 11 de setiembre de 2001 en Estados Unidos. La policía pasquitaní lo retuvo bajo la sospecha de ser clasificador de documentos para Al Qaeda y lo entregó, sin pruebas, a las fuerzas norteamericanas.

En julio pasado su esposa, Umm Wa'el, escribió una carta publicada en el Huffington Post, en la que abogaba para que la justicia norteamericana ordenara la difusión de los videos en los que se ve a oficiales estadounidenses alimentando por la fuerza a Dihab.

El texto señala que no le agradaba la decisión de su esposo de realizar huelga de hambre, pero que lo comprendía debido a que ella misma había sido detenida por la policía siria en dos ocasiones por el hecho de que su marido era un preso de Guantánamo. “Comprendo muy bien lo que sucede cuando la política actúa sin tener en cuenta la ley”, afirmó.

La mujer también relató cómo sus hijos pequeños preguntan por su padre y que ella llora cuando piensa en que él les ha hecho falta en su infancia. “María ha llevado su foto con ella desde hace años. Ahmad me sigue diciendo que viajará para liberar a su padre cuando sea mayor”, detalló.

Umm también explica que debido a la guerra civil siria tuvieron que huir, y que tras intentar sin éxito refugiarse en Jordania se encuentran viviendo en Estambul donde los niños lograron integrarse al sistema educativo turco. “Es tiempo de reunir a nuestra familia y empezar a vivir otra vez”, subrayó.

Aliados de Sudestada