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01/11/2014

El ocaso del gurú

Ninguna encuestadora se salva, pero la pontificada consultora Cifra de Luis Eduardo González se dio de bruces contra las urnas. Sudestada repasa “errores y horrores”.
Florencia Cremonese / @flocremonese / Sudestada

Los resultados de las elecciones nacionales del pasado 26 de octubre evidenciaron el gran desacierto de las encuestadoras locales, y en particular, determinaron la estrepitosa caída del llamado gurú de las encuestas, Luis Eduardo González, director de Cifra. La empresa del popular politólogo de la pantalla de canal 12 había anunciado que el Frente Amplio (FA) no obtendría la mayoría parlamentaria. Este es uno de los grandes errores de Cifra, acreedora de la mayor diferencia entre las proyecciones electorales y los resultados.



El alto margen de error fue una generalidad: las seis encuestadoras que hicieron públicas sus proyecciones se quedaron cortas con las expectativas de votación del FA (ver gráfico) y la coalición obtuvo 50 bancas en la Cámara de Diputados y 15 en la de Senadores, que podrían ser 16 si la fórmula frenteamplista triunfa en el balotaje ya que Raúl Sendic presidiría la Asamblea General. La mayoría parlamentaria para el oficialismo había sido descartada en análisis previos al domingo 26. Basándose en los datos difundidos por Cifra, el director periodístico de Canal 12, Alfonso Lessa, dijo en Código País que el Frente estaba sufriendo el desgaste propio de los partidos que gobiernan, y que en tal situación las contradicciones internas del oficialismo habían jugado un rol importante.

En canal 10, Ignacio Zuasnábar revelaba los datos de Equipos Mori, que también erró en sus proyecciones. Dijo que el FA alcanzaría 43,3 por ciento, que no tendría mayoría parlamentaria, y que el Partido Colorado (PC) superaría el 15 por ciento de los votos.  El politólogo Daniel Chasquetti fue más cauto: “hay cosas que no las puedo afirmar porque toda esta especulación está basada en las encuestas y si las miramos vemos oscilaciones pequeñas. Si el FA el domingo vota 45 o 46 por ciento las cosas cambian porque pasa a tener chances. No me quiero apresurar”, sostuvo.

Pero fue unánime la opinión de los profesionales respecto a que blancos y colorados juntos obtendrían más legisladores que el FA. Y a partir de esa premisa, se tejían especulaciones de lo más variadas acerca de los motivos por los cuales el partido de gobierno perdía votos: desde que el candidato a la presidencia Tabaré Vázquez había anunciado demasiado pronto que mantendría a Eduardo Bonomi como ministro del Interior, hasta que las diferencias de criterios del presidente José Mujica y Vázquez habían dejado ver un partido incongruente. Una vez cerradas las mesas de votación las consultoras debieron salir a los medios a plantear otra realidad: la unión de sufragios blancos y colorados alcanzó un 43,88 por ciento, y el FA obtuvo finalmente 47,9 por ciento de los votos válidos.

La sobreestimación de las encuestadoras al voto del PC es un tema ineludible. Cifra una vez más fue la que menos se acercó a la realidad: había pronosticado un 18 por ciento y el conteo de votos dio un 12,9 por ciento. Grupo Radar, Factum y la encuestadora Opción salieron algo mejor paradas. Aunque el politólogo Oscar Botinelli (Factum) había dicho en canal 4 que “el FA puede andar en un tope de 46 o 47 bancas (en la Cámara de Representantes), quizá en un envión puede llegar a 48, pero queda lejos de las 50”, las que efectivamente obtuvo en las urnas.

"El año 2014 viene siendo un año complicado para las encuestadoras", dijo Zuasnábar el lunes 27, al realizar su análisis de las diferencias entre las previsiones de los sondeos y el resultado electoral. "Esto nos lleva a hacer una reflexión profunda sobre nuestros métodos, a revisar nuestros procesos de trabajo y para evitar que estas cosas continúen profundizándose en el futuro", añadió.



Un cifra de errores

Luis Eduardo González, gurú de las encuestas según lo nombró hace algunos años El País de Madrid, ya había reconocido errores importantes en las elecciones de 2009, tanto en las proyecciones acerca del plebiscito sobre el voto epistolar como en la consulta sobre la anulación de la ley de caducidad. Cifra adelantaba que la reforma para que los uruguayos pudieran votar desde el exterior no se aprobaría, aunque lograría un 48 por ciento de los votos, porcentaje muy lejano al 37,2 por ciento que obtuvo la iniciativa.

En el caso del voto rosado, referido a la anulación de la ley de caducidad el yerro fue aún mayor, puesto que el politólogo anunció alrededor de las 20 horas del día de la elección que “la ley de caducidad será anulada, la ley de caducidad se anula”. De inmediato brotó el festejo de los que promovían el Sí impreso en papeleta rosada, pero en pocas horas los resultados develaron que los votos no alcanzaban y que la ley se mantendría.



Las elecciones internas realizadas el 1 de junio de 2014 no fueron la excepción en la actual mala temporada de las encuestadoras. Cifra no quedó exenta del yerro al anunciar que Jorge Larrañaga superaría a Luis Lacalle Pou y sería el candidato a la presidencia por el Partido Nacional. Factum y Equipos Mori, también cayeron en el error.
Sin embargo, el 26 de octubre de 2014 parece ser como una fecha de lápida para el trabajo de algunas encuestadoras.
Cifra, con Luis Eduardo González a la cabeza, reconoció la falla y el martes 29 emitió un comunicado en su página web titulado “Errores y horrores: nuestra disculpa”.

“Algunos números y proyecciones publicados por Cifra antes de las elecciones del domingo 26 de octubre estuvieron lejos del resultado electoral. Nos sentimos obligados a pedir disculpas por nuestros errores a todos los que siguieron nuestros datos y análisis en Canal 12, en Búsqueda y en nuestra página web. Especialmente a los votantes colorados (cuya votación sobreestimamos) y a los votantes frentistas (cuya votación, a la inversa, subestimamos). Tabaré Vázquez fue el triunfador de la jornada; la firmeza de su convicción y la agudeza de su olfato político fueron mejores que todas las encuestadoras juntas”, señala el texto firmado por González.

Unas horas después declaró a radio Sarandí que Lacalle Pou tenía posibilidades de ser presidente, si lograba “robarle” votos al FA, análisis que recibió cuestionamientos de varios sectores políticos de izquierda. Incluso dirigentes blancos salieron con augurios menos alentadores que los del gurú de Cifra, alguno hasta admitiendo que la Constitución debería ser reformada a fin de que en casos de grandes diferencias porcentuales entre candidatos en la primera vuelta se declare ganador al más votado, sin necesidad de balotaje.

Ignacio Zuasnabar de Equipos Mori también pidió disculpas en Subrayado (canal 10) y reconoció yerros, aunque dijo que eran de “pequeña magnitud”, y que se encontraban dentro del margen de error. Eduardo Botinelli de Factum, defendió en Telenoche (canal 4) el trabajo de su consultora y dijo que se debe “quitar la mística de las encuestas como algo exacto”.



Telemundo (canal 12) fue donde se vio a un González avergonzado ensayando una disculpa pública, cumpliendo con su promesa de reconocer los errores si el caso lo ameritaba. Lamentó que las estimaciones de Cifra hayan quedado demasiado lejos de los resultados, “especialmente sobreestimamos el voto del Partido Colorado y subestimamos el voto del Frente Amplio. Tengo que pedirle disculpas al canal y al equipo periodístico. Esta ha sido la derrota profesional más dura de mi carrera”, admitió.



Los analistas coincidieron en que la metodología de las encuestas en Uruguay no ha sido actualizada y necesita mejoras. Zuasnabar planteó por ejemplo que “hay un sector de la población que se define a último momento” y que tal hecho no es bien captado por las encuestas.

El daño “irreparable” y la regulación

Desde el FA se plantea la intención de promover una ley que establezca certificaciones a las consultoras. Y el debate ya se instaló en el ambiente político y mediático. Raúl Sendic declaró que “hay que legislar sobre la regulación de las encuestas para ir a un sistema que dé mayores garantías”. Sostuvo que hay que analizar las experiencias de otros países antes de adoptar decisiones, pero que “se pueden plantear auditorías de procedimiento, certificaciones”, porque las encuestas de intención de voto “juegan un papel muy importante en la opinión pública”.

Para el director general del Ministerio de Educación y Cultura, Pablo Álvarez, que en 2008 –cuando era legislador– intentó impulsar una normativa sobre encuestas, “tiene sentido regularlas”. Por su parte, Botinelli dijo a Telenoche que “hay que regular las encuestas y cómo son manejadas y utilizadas públicamente por los medios y los partidos”.

Adriana Raga, también directora de la consultora Cifra, declaró a Sudestada: “no nos parece que la regulación conduzca a una mejora de las encuestas”. Explicó que si se realizan comparaciones internacionales, “no hay casi diferencias” numéricas entre los países con regulación y los que no la tienen. En esa línea, el director de Opción Consultores, Agustín Bonino, declaró a Montevideo Portal que la legislación reguladora puede ser “contraproducente con respecto a los objetivos planteados”.

El ingeniero y escritor Juan Grompone lanzó su cuestionamiento a las encuestadoras en La Tertulia del programa En Perspectiva de radio El Espectador: “el error es tan visible, tan claro que no se ve”, aseguró. Y explicó que mil personas son seleccionadas geográficamente como muestra a encuestar y a sus respuestas se le aplican unos 30 coeficientes de ajuste que se desarrollaron a partir de la experiencia de los últimos 25 años. Esos coeficientes –según Grompone–dependen de los resultados de las elecciones anteriores y de “algo mucho más esencial: el censo de población. Lo único que cambió y afectó a todas las encuestas por igual es el censo”, afirmó. Y subrayó que se debe tener en cuenta que “el último censo fue totalmente distinto. Se usó una encuesta a lo largo de dos o tres meses y estuvo lleno de demoras, estimaciones y dudas”.

Consultada por Sudestada acerca de esta postura, Raga respondió: “nosotros tomamos el censo como verdad revelada”, pero sostuvo que si bien falta un diagnóstico más profundo, en principio cree que el cambio metodológico “no fue determinante” para los errores cometidos. En todo caso, la carta de disculpas de González lo señala con claridad: “No podemos reparar el daño involuntariamente causado. Pero estamos obligados a tratar de entender lo que ocurrió con las encuestas, para hacer las cosas mejor y para ayudarnos a ver mejor la realidad política surgida de las elecciones del pasado domingo 26 de octubre”.

En los próximos tiempos las encuestadoras buscarán recuperar la credibilidad perdida, queda por saber si esto sucederá con o sin regulación legal.
Aliados de Sudestada