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04/03/2024

Intoxicación con mercurio en Uruguay por una negligencia laboral

Un trabajador con graves secuelas en la salud por la inhalación de gases de mercurio en la planta de Efice, lleva cuatro años en estudios sin que se reconozca la causa de sus lesiones
Víctor L. Bacchetta

Desde mediados de 2017, Luis Cardozo se desempeñaba en Efice realizando diversas tareas de mantenimiento, incluyendo las celdas de la electrolisis para separar el cloro de la soda. Debajo de las celdas se recupera el mercurio que se pierde en el proceso, derivándolo hacia una alcantarilla y de ahí a un tanque que lo acumula. El uso de una máscara para evitar la inhalación de vapores de mercurio es obligatorio en esta área, no así regularmente en otros sectores de la planta.

En febrero de 2019, ordenaron a Cardozo limpiar un tanque que contenía, aparentemente, sólo arena y piedras, sin equipo de seguridad. Al segundo día, constataron que había mercurio en el fondo del tanque y cesaron la labor. Cardozo comenzó a sentir mareos, náuseas y cefaleas e informó a la empresa, pero siguió trabajando. Quince días después, ante la persistencia de los síntomas y la pérdida de fuerza en las manos, fue enviado al Banco de Seguros (BSE).

Cardozo estuvo tres días internado en el BSE por no haber en ese momento los elementos para medir le presencia de mercurio en la orina, entre otros exámenes. Al decimoctavo día registró 32 µg/g (microgramos por gramo) creatinina en orina, algo que es considerado aceptable para una persona expuesta al mercurio (el máximo aceptable son 35 µg/g creatinina) y le dieron el alta neurológica, derivándolo a la Policlínica de Toxicología de la Facultad de Medicina.


A esa altura, Cardozo padecía además temblores, trastornos al caminar y dificultad para hablar. En la Policlínica universitaria consideraron esos rasgos compatibles con una intoxicación aguda por mercurio y sugirieron un reingreso al trabajo con controles. Agregaron que ante un descenso de los niveles de mercurio en la orina, el trabajador podía retomar las tareas habituales.

Cardozo se reintegró a la planta de Efice en abril siguiente, trabajó en áreas que no expusieran al mercurio hasta el mes de agosto, cuando retomó algunas tareas con exposición al metal. En ese mismo mes, volvió a consultar al BSE por un aumento de la afectación en las manos, pero no lo consideraron lesión de origen laboral. Consultó a su mutualista, le realizaron una cirugía en la mano derecha y, tras meses de recuperación, se reintegró nuevamente al trabajo.

El 25 de setiembre de 2020, Cardozo sintió un dolor agudo en la zona lumbar, con secuelas en la pierna derecha. Dos punciones lumbares con anestésicos y antiinflamatorios le aliviaron el dolor, pero no la rigidez, la tensión muscular y el reflejo de Babinski, que indican afectación del sistema nervioso central. En octubre de 2022, una junta médica del BPS le dio el alta, pero los síntomas proseguían y obstaculizaban la realización de actividades cotidianas y laborales.

“El trabajador se presenta con rigidez muscular a nivel de MS (brazo) y MI (pierna) derechos que afectan la funcionalidad e incluso la marcha”, informó el 5 de noviembre siguiente, el doctor Faustino Quadros, asesor de Efice por el SEEM. Según el médico, esa situación era perjudicial para manejar maquinaria potencialmente riesgosa, hacer trabajos en altura o manipular cargas pesadas porque podía “poner en peligro su salud y la de los demás compañeros” (sic).

En febrero de 2023, los estudios de resonancia magnética realizados a Cardozo en el BSE registraron múltiples lesiones en distintas zonas del cerebro, que se extendían hasta la médula espinal, con características desmielinizantes, o sea, afectaciones de la mielina en el sistema nervioso central. La mielina es la envoltura de las ramificaciones nerviosas que posibilita la trasmisión rápida y eficiente de los impulsos nerviosos al resto del organismo.


Planta de Efice en el kilómetro 25 de la ruta 1

En este mismo mes, un informe de la Policlínica de Toxicología de la Facultad de Medicina, en el Hospital de Clínicas, indicó que Cardozo se encontraba a estudio por una patología neurológica vinculada a una exposición al mercurio y que no se encontraba en condiciones de asumir las tareas habituales, por lo que recomendó que se mantuviera alejado del puesto laboral. No obstante, no estableció una conclusión sobre el origen y el carácter de las lesiones.

Uno de los neurólogos consultados había considerado que los síntomas de Cardozo podían ser un caso de esclerosis múltiple. Aunque este especialista admitió no conocer los efectos del mercurio en la salud, en otras consultas surgió la misma duda sobre el posible origen de las afectaciones del trabajador. Si fuera esclerosis múltiple, las lesiones se agravarían con el tiempo, por lo que los nuevos estudios procuran verificar si hay o no cambios en las zonas lesionadas.

En febrero de este año, a Cardozo le realizaron en el CASMU una nueva resonancia magnética del cráneo y la columna vertebral, cuyos resultados fueron comparados con un análisis similar hecho en febrero de 2023. El nuevo estudio corroboró las múltiples lesiones en el cerebro y la médula espinal registradas un año antes, pero no encontró que se hubieran producido nuevas alteraciones en ningún sentido. “No se reconocen nuevas lesiones”, concluye el informe.

Desde setiembre de 2020, Cardozo no ha podido reintegrarse a su labor habitual en la empresa. Con los subsidios por enfermedad otorgados bajo esta circunstancia por el BPS, ha percibido aproximadamente un 60 por ciento del salario en actividad. El Banco de Previsión Social le ha comunicado que están agotados los plazos de validez de esos subsidios y que, para acceder al derecho de una jubilación anticipada debería estar desvinculado de la empresa.

Si al cabo de este prolongado proceso, se confirma que los daños a la salud de Cardozo fueron provocados en aquel momento por las emanaciones de mercurio, se configurará el caso de una Enfermedad Profesional, que es el requisito del Banco de Previsión Social para otorgarle una jubilación anticipada por invalidez laboral. Paralelamente, la empresa Efice debería aceptar el pago del despido laboral y la indemnización correspondiente por los daños causados.

Luis Cardozo tiene hoy 59 años, con un hijo y una hija, de 17 y 19 años, respectivamente. Terminó enseñanza secundaria en España y realizó estudios adicionales de ayudante de arquitecto, dibujo publicitario y soldadura. Trabaja desde los 21 años y se ha desempeñado como oficial herrero en varias empresas y como oficial de montaje en la planta de celulosa de Montes del Plata, hasta su ingreso a Efice en 2017. Cardozo pasa un 35% del sueldo a los hijos y para él quedan 23 mil pesos.

El caso de Cardozo es una muestra de los peligros del uso del mercurio en la actividad industrial que el Convenio de Minamata firmado por Uruguay busca eliminar. A pesar de los planes de la autoridad ambiental para cumplir rápidamente este acuerdo, la empresa Efice SA, detentora de hecho de un monopolio en el abastecimiento de cloro y soda cáustica a OSE y al mercado de productos de limpieza, ha prolongado hasta el presente la producción con mercurio.

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