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16/11/2019

España a punto de alcanzar su primer gobierno de coalición en la historia

El preacuerdo entre PSOE y Unidas Podemos es una condición necesaria, pero no suficiente porque no llegan a los 176 diputados requeridos para formar gobierno

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en la Moncloa. Foto: Moncloa.es

María García Arenales / Sudestada / @MGArenales

El pasado martes, después de las elecciones generales del 10 de noviembre, se produjo en España algo inédito: el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el izquierdista Unidas Podemos (UP) alcanzaban un preacuerdo de gobierno de coalición “progresista” que, de lograr el respaldo necesario en el Congreso, se convertiría en el primero de la historia de la democracia en el país.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el de UP, Pablo Iglesias, sellaban el pacto con un abrazo que sorprendió tanto a quienes presenciaron el acto como a los telespectadores que lo contemplaban desde sus casas. Y es que llegar a ese acuerdo no ha sido precisamente fácil.

Sánchez e Iglesias necesitaron más de seis meses y dos elecciones para lograrlo, pues en los comicios del pasado 28 de abril no hubo manera de firmar un pacto entre las dos fuerzas políticas, pese a que ambas sumaban diez escaños más que los que consiguieron el pasado domingo. Medio año atrás el líder socialista no estuvo dispuesto a negociar un gobierno de coalición, y cuando este finalmente accedió, a Iglesias no le convenció la propuesta.

Descartada esa vía, Sánchez convocó nuevas elecciones para el 10 de noviembre. Tenía la esperanza de superar los 123 escaños que consiguió en abril, pero sus cálculos fallaron y esta vez sumó 120. A Unidas Podemos tampoco le fue mejor y bajó de 42 a 35 escaños. Entre las dos formaciones políticas suman ahora 155 escaños, cuando la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados se sitúa en 176.

Pero esas no fueron las únicas sorpresas de los comicios del pasado domingo. El conservador Partido Popular subió de 66 a 88 escaños y el ultraderechista Vox dobló el número que obtuvo en abril, pasando de 24 a 52, con lo que se convirtió en la tercera fuerza política del país. El gran perdedor del 10 de noviembre fue sin duda el partido conservador Ciudadanos, que bajó de 57 a tan solo 10 escaños, resultado que hizo dimitir a su líder Albert Rivera.

Por otro lado, el también izquierdista Más País, partido fundado por Íñigo Errejón, logró entrar al Congreso con tres escaños, mientras que formaciones nacionalistas e independentistas mejoraron su resultado respecto a la anterior elección.

Ante ese nuevo Congreso aún más fragmentado, Pedro Sánchez se vio obligado a flexibilizar su postura y llamó a Pablo Iglesias para iniciar ese inédito acuerdo para formar un “gobierno de coalición progresista”.

El vertiginoso ascenso del ultranacionalista Vox, un partido xenófobo y machista que hace un año apenas tenía representación institucional, influyó para que esta vez Sánchez e Iglesias lograran un pacto, pero en opinión del politólogo español Pablo Simón, no fue esa la razón de más peso.


Santiago Abascal, líder del ultraderechista partido Vox. Foto: Congreso.es

“Vox no es el principal componente que ha facilitado el acuerdo. Hay un factor más importante y es que cuando el PSOE convocó a nuevas elecciones tenía la impresión de que todavía no había tocado techo, es decir, que en una nueva cita electoral podría volver a crecer y entonces gobernar con más comodidad. También pensó que Unidas Podemos había tocado suelo, que no podía perder más votos, y que por tanto de una forma o de otra podría participar del gobierno”, señaló a Sudestada el profesor de Ciencia Política de la Universidad Carlos III de Madrid.

Sin embargo, cuando se celebran los comicios el pasado domingo el PSOE pierde 700 mil votos y tres diputados y Unidas Podemos 600 mil votos y siete diputados, por lo que se constató que la repetición electoral achica a la izquierda.

“Esto hace que obligatoriamente tengan que pactar para evitar unas terceras elecciones y la única manera, con un Congreso tan fragmentado y polarizado, es la que les permita tener una base parlamentaria de al menos 158 diputados, que son los que suman PSOE, UP y Más País”, explica Simón.


Pablo Simón, profesor de Ciencia Política de la Universidad Carlos III de Madrid. Foto: uc3m.es.

Apoyos para sacar adelante la investidura


Pedro Sánchez durante una sesión en el Congreso de los Diputados. Foto: Congreso.es.

Al no reunir los 176 escaños para la mayoría absoluta, Sánchez e Iglesias deberán buscar el apoyo de partidos nacionalistas y regionalistas para poder gobernar.

“Lo más probable es que busquen acuerdos parlamentarios más o menos estables con el Partido Nacionalista Vasco, que tiene 6 diputados, con el Bloque Nacionalista Galego, que tiene 1, Partido Regionalista de Cantabria, 1, Teruel Existe, 1, lo que sumaría 167”, continuó Simón.

A partir de ahí es necesario que haya una abstención, que podría venir por parte de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), pues es mucho más improbable que lo hagan los partidos de derecha.

Sin embargo conseguir la abstención de ERC para lograr ese gobierno de coalición progresista no va ser una tarea sencilla. De momento, y tras una primera toma de contacto con el PSOE, los independentistas catalanes mantienen el “no” a la eventual investidura de Sánchez, aunque aseguran que seguirán manteniendo contactos.

Para ERC es requisito indispensable encontrar una salida política al conflicto independentista catalán, que se agravó en octubre tras la sentencia emitida por el Tribunal Supremo de España que dio lugar a multitudinarias manifestaciones. El alto tribunal condenó a penas de prisión de entre 9 y 13 años a varios líderes del proceso independentista catalán por el delito de sedición por organizar en 2017 un referéndum por la independencia de Cataluña considerado ilegal por el gobierno del entonces presidente Mariano Rajoy (PP).

“ERC está negociando duro, pero creo que finalmente se abstendrá porque en un gobierno de coalición con la izquierda ellos están más tranquilos”, explicó Simón. El analista añadió que además hay un elemento a tener en cuenta y es que a partir de diciembre se pueden empezar a conceder permisos penitenciarios a una parte de los presos que están en Cataluña. Esos permisos, continuó el politólogo, podrían ayudar a aliviar tensiones y a permitir a ERC justificar una abstención “y, a partir de ahí, ir viendo”.

Si bien España cuenta con gobiernos de coalición en muchos municipios y comunidades autónomas, aún está por ver que se pueda concretar el primero a nivel nacional y, de momento, pese a los avances, el panorama es incierto.
Aliados de Sudestada