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28/12/2016

Cocaína y sicofármacos: los nuevos objetivos de la Unasev

El director de la Unidad de Seguridad Vial Adrián Bringa comentó los resultados positivos del último informe y adelantó que preparan la fiscalización de nuevas drogas
La Unasev presentó este martes un informe de evaluación provisional del 2016 en materia de siniestralidad vial que mejoran las perspectivas, ya optimistas, que se habían trazado al iniciar el año.

Así por ejemplo, mientras las autoridades se habían fijado el objetivo de reducir en un 10 por ciento el número de fallecidos, entre el 1 de enero y el 20 de diciembre la reducción alcanzó el 14,1 por ciento. Esto implica una baja por tercer año consecutivo y la menor cifra de los últimos siete años: la proyección al terminar diciembre es de 71 fallecidos.

En materia de lesionados, la reducción se ubicó en el 10 por ciento, pasando de 30.116 en 2015 a 27.115 hasta el 20 de diciembre de 2016.

Nuevas fiscalizaciones

El director de la Unasev Adrián Bringa dijo este miércoles al programa De diez a doce de Radio Uruguay que los avances registrados en los últimos años plantean el desafío de mantener los logros y agregar nuevas sustancias, como la cocaína y los sicofármacos, en los controles de drogas a los conductores.

En este sentido Bringa explicó que si bien ya se hizo un trabajo junto al Ministerio de Salud Pública para que en la caja de los sicofármacos se incluya una etiqueta amarilla en la que se advierte que su consumo no es compatible con el manejo de vehículos todavía no se pusieron en práctica los controles como en el caso del alcohol y marihuana.

El funcionario dijo que la etapa inmediata en la ampliación de las fiscalizaciones será la cocaína, y que la siguiente en un mediano plazo la de sicofármacos. “A todos nos gustaría ir mucho más rápido y llegar a eso pero nos pasó lo mismo con la marihuana. Para fiscalizar trajimos a un profesor belga que diseñó el control para unas diez drogas en toda Europa”, explicó.

Bringa dijo que se recurrió a este especialista “para que no nos pasara lo mismo que a Argentina”, donde se instrumentaron los controles pero la gente empezó a cuestionarlos con argumentos jurídicos y se perdieron muchos juicios. “Cuando vimos que pasó eso preferimos que el proceso fuera más largo pero que hubiera garantías para el usuario y para nosotros”, señaló.

La tecnología para realizar estos controles con sicofármacos “no abunda” y su costo es mucho mayor que los equipos que se requieren para la fiscalización de los niveles de alcohol. Bringa dijo que el espirómetro cuesta entre 800 y 900 dólares y puede utilizarse en muchas ocasiones, un kit para fiscalizar la marihuana cuesta entre 12 y 15 euros y se usa una vez sola.

Informe completo



Presentación del informe 



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