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01/03/2019

La sorpresiva ampliación de la suma "estafada" a Julio César Lestido

 Al conocer que la contadora prófuga había sido detenida, la empresa denuncia que el monto robado es de siete millones de dólares


Walter Pernas / Sudestada / @PernasWalter

Tan misteriosa como la desaparición de la contadora Mónica Rivero –ahora procesada por estafa y falsificación de documento– es la ampliación de la denuncia penal por parte de la Julio César Lestido SA.

Hasta hace dos años –unos días después de que la mujer se esfumara sin dejar rastros– el faltante de dinero, según las auditorías de la empresa, era de 2,5 millones de dólares. A esa suma se llegó luego de detectar que Rivero, como jefa de contabilidad de Lestido, se había robado unos 200 mil dólares: la verificación informática, y también manual –factura contra asiento contable, documento de pago contra movimiento de cuentas– arribó a la conclusión de que la estafa era 12,5 veces mayor.

Sobre esa denuncia actuó la justicia, y desde entonces nada varió en la sede de Crimen Organizado, que indaga si de la apropiación indebida (delito precedente de lavado de activos) puede verificarse el blanqueo de capitales.

La sociedad presidida por el abogado y ex ministro de Economía, Ignacio de Posadas y dirigida por Julio Lestido entendió durante todo este tiempo que la contadora le había robado 2,5 millones de dólares. Pero 24 horas después de conocerse que la mujer prófuga había sido detenida, la firma se presenta al juzgado para “precisar” que en realidad la maniobra es de siete millones de dólares.

“De las actividades de control, verificación de saldos con acreedores y deudores de la empresa, la realización de conciliaciones bancarias, control de gastos y revisión de correos electrónicos, surge que la indagada realizaba asientos contables inexistentes, falsificación de estados de cuenta a proveedores como Man y Audi por un monto superior a los dos millones de dólares, sin perjuicio de la ampliación realizada en el día de hoy de hasta siete millones de dólares por parte de la defensa del denunciante”, señaló la Fiscalía al solicitar el procesamiento de la contadora.

De esta manera, la representante del Ministerio Público, Sylvia Gari, expresa que lo que tiene confirmado mediante pruebas es el delito por 2,5 millones de dólares, y no una maniobra casi tres veces mayor.

Varios medios de prensa ya dieron por válido lo que afirma la empresa y titularon que la contadora cometió una estafa de siete millones de dólares. Sin dejar de presumir que esto pueda ser posible, lo cierto es que la justicia no ha llegado a esa conclusión.

La representante “exclusiva” de los autos “Man, Volskwagen y Audi en Uruguay” debe explicar los pasos que siguió desde su noticia criminal inicial hasta la sorpresiva ampliación de la denuncia. Y cómo la cifra del desfalco pasó de estar congelada durante los dos años en que la contadora se encontró prófuga a crecer casi 300 por ciento, apenas se supo que la mujer había sido detenida en la Barra del Chuy.


Mónica Rivero. 

La condición de ludópata de Rivero puede explicar su comportamiento delictivo al cometer la estafa, pero queda pendiente confirmar si además parte del dinero fue invertido en bienes, negocios, o enviado a cuentas bancarias o destinos que acrediten lavado de activos. En ese caso, las sospechas no solo pesan sobre la mujer, sino también en familiares o eventuales socios.

Paralelamente, y mientras la enjuiciada se encuentra tras las rejas, se activan las demandas civiles por las que Lestido buscará ser resarcida de una u otra forma, y donde no es lo mismo reclamar dos que siete millones de dólares. A los efectos impositivos, de certificación fiscal, o de justificación ante otros contralores oficiales, tampoco es lo mismo asentar una que otra cifra como dinero desaparecido bajo el rubro “estafa”.

En estos momentos la experta en maquillaje financiero parece ser la contadora Rivero. Se ha hecho la fama y ahora duerme en una celda.


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