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16/12/2014

Los golpes y los sueños en mil cartas

"Gracias a ellas", un libro que "respira vida y termina siendo un retrato asombrosamente realista de lo que nos ha ocurrido", dice Eduardo Galeano.
Este libro, de casi 700 páginas, reconstruye la vida de la familia Esteves-Estefanell, formada por Nicolás “Colacho” Esteves y Charito Estefanell. La obra -escrita por Luz Charito Estefanell- está contada exclusivamente por las 2687 cartas que se escribieron durante 50 años, entre 1957 y 2007. Para este libro -que será presentado por la autora, junto a Carina Blixen y Cecilia Duffau- se editaron 1238 cartas.

La primera carta es la declaración de amor de" Colacho" a Charito, cuando él tenía 15 y ella 13 años. La carta final es la última carta de Marta, la madre de Charito, a los 93 años.

Las cartas recorren las distintas etapas del crecimiento de una familia del interior, las hijas que estudian en Montevideo, mientras los padres y tíos siguen su vida en Paysandú. Describen los inicios de la militancia estudiantil primero, y política después. Las cartas de amor van tejiendo otro aspecto de las historias personales, la unión de "Colacho" y Charito, el nacimiento de sus hijas y las obligadas separaciones.

Aparecen en ellas, épocas de represión, huídas del país, la cárcel y el exilio. La familia que se desgarra con el dolor de los golpes que sufre. Los balances personales y políticos. Surgen también los sentimientos, los sueños, el amor a la naturaleza y a la música, lo doméstico y lo político, las incertidumbres de la distancia y la separación, pero también la certeza de los afectos. Las diferentes edades reflejan espontaneidad o reflexión. Surge de su lectura que esta historia de vida está sustentada en mujeres imbatibles ante la adversidad.

"Colacho" es un militante de origen socialista quien se comprometió primero (en 1963) con la lucha sindical que promovió Raúl Sendic en el norte, donde trabajó como secretario de la Unión de Trabajadores Azucareos de Artigas (UTAA). Luego pasó a militar en el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros (MLN).

Estuvo 15 años, 10 meses y 10 días preso. Una vez libre se fue a Bella Unión donde colaboró en la reconstrucción de la UTAA y promovió la organización social de los trabajadores en todas las áreas incluyendo la salud y la formación.

Charito comenzó su militancia estudiantil en Paysandú. Estudió Arquitectura en Montevideo, pero en 1964 abandonó la carrera y se reunió con "Colacho" en Bella Unión. Luego estudió Magisterio con el fin de resolver los problemas educativos del norte del país.

Se comprometió con la lucha sindical y política dentro del MLN y, en 1972, pasó a militar en la clandestinidad. En noviembre de ese año fue a Argentina, luego a Chile y a otros países de América Latina hasta que, en 1977, llegó a Bélgica donde se reunió con sus hijas y su madre.

Vivió en el exilio hasta 1987 cuando regresó a Uruguay y se reunió en Bella Unión con Colacho, con quien compartió los mismos proyectos sociales y desde su trabajo de cooperante belga impulsó proyectos de desarrollo económico, sanitario y educativo en la zona.

Alicia estudió Agronomía en Montevideo y militaba en el Partido Comunista cuando comenzó la represión de la dictadura contra los comunistas en 1976. Por esa razón, debió exiliarse con su marido y sus tres hijos en México y volvió a Uruguay con la apertura democrática.

Graciela estudió Agronomía en Montevideo, se integró al MLN y en 1971 fue detenida y presa en la cárcel de Cabildo. Tras cumplir una pena de seis meses fue trasladada a la Escuela Carlos Nery, ya que estaban vigentes las Medidas Prontas de Seguridad.

Optó por irse a Chile y luego a Argentina donde, en 1974, fue secuestrada por militares uruguayos junto a otros seis compañeros. Uno de ellos fue liberado. Pero Graciela y los otros cuatro fueron fusilados en un cuartel y sus cuerpos fueron abandonados en la ruta 70, en las inmediaciones de Soca, el 21 de diciembre de 1974. A ellos se los conoce como "los fusilados de Soca".


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