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05/06/2015

Eugenio Figueredo en el paraíso fiscal

Cuando su negocio en el fútbol empezó a crecer, el ex vice de FIFA y de la AUF abrió una empresa fantasma con el estudio protector de corruptos más importante de Panamá

Primera página del pacto social que constituyó Brikford Overseas SA, en 1996.

Unos años antes de acaparar mansiones en Los Ángeles que hoy cuestan cinco millones de dólares –según la investigación de Sudestada– y a poco de explotar su rentable negocio de piedras decorativas, el por entonces ascendente dirigente del fútbol, Eugenio Figueredo, eligió Panamá como paraíso fiscal. Allí activó una empresa de papel con amplísimas facultades para realizar todo tipo de negocios y firmó una cláusula que supuestamente lo exime de responsabilidad por los eventuales ilícitos que se pudieran cometer a través de la sociedad anónima.

El suspicaz resguardo que Figueredo procuró obtener en un país en el que las leyes fiscales son un hazmerreír desde los tiempos en que Panamá fue creada por los Estados Unidos (1903), probablemente no sea relevante para la investigación por la cual el uruguayo se encuentra detenido en Zurich. Es el propio Estados Unidos el que reclama su extradición para juzgarlo por diversos actos de corrupción, como soborno, enriquecimiento ilícito y lavado de activos.
Una vez que los investigadores norteamericanos se enteren de la existencia de esta empresa fantasma –si es que aún no lo saben– Figueredo deberá responder por ejemplo, cuáles fueron los motivos que lo llevaron a fundar una “off shore” de este tipo en el paraíso fiscal panameño. Y su inteligencia y fama de hábil declarante quedará a prueba…

Luego de haber sido presidente del humilde pero aguerrido Huracán Buceo Fútbol Club en la década del setenta, y ganarse la vida con un modesto negocio de compra venta de autos en el barrio montevideano de La Blanqueada, Figueredo consiguió ocupar el 23 de noviembre de 1993 la vicepresidencia de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), lugar desde el que fue forjando una fama de dirigente influyente en las encumbradas esferas del deporte sudamericano.

Gracias a su innegable habilidad como negociante fue que logró ser designado presidente el comité organizador de la Copa América 1995 que se disputó en Uruguay. Un penal clavado en el ángulo le dio a la selección uruguaya la decimocuarta consagración continental, y a Figueredo el impulso para promover su candidatura a la presidencia de la AUF.

En octubre de 1996 Uruguay lograba llegar al quinto puesto de eliminatoria para el Mundial de Francia 98, gracias a un bochornoso gol en contra de Bolivia, que Figueredo vio desde el palco oficial en medio de los abucheos generalizados. Ese uno a cero dejaba a la selección uruguaya en zona de repechaje para aspirar a una de las últimas plazas del máximo torneo de FIFA.

Una semana después, en una remota oficina en América Central, el escribano Diomedes Edgardo Cerrud Ayala se constituyó en el segundo piso del Edificio Arango-Orillac, de la calle 54 Este de la ciudad de Panamá, para protocolizar el pacto social mediante el cual se creó la firma Brikford Overseas SA. El ostentoso local es la sede del estudio de abogados Mossack Fonseca & Co, de larga fama, y ante la presencia de tres testigos afines a la casa, los panameños Leticia Montoya, Amraj de Singh y Jasmin Taylor.

Y al mes siguiente, más precisamente el 15 de noviembre, se realizó una reunión de la Junta Directiva de Brikford Overseas SA para enmendar los artículos 3 y 13 de su pacto social. En la misma oficina, Montoya y De Singh volvieron a comparecer, pero esta vez el escribano fue Rafael Fernández Lara y hubo una nueva testigo, Catalina Greenlaw. La principal novedad de ese día fue el cambio de directores. Salieron los ocho que originalmente formaron la sociedad anónima y quedaron sólo tres: Eugenio Hermes Figueredo Aguerre (director y presidente), María del Carmen Figueredo (directora y tesorera) y Eugenio Pedro Figueredo Piñeyrúa (director y secretario).



María del Carmen Figueredo es la esposa del ex dirigente de fútbol y aparece como socia de su marido en la compra de propiedades por casi 5 millones de dólares en el estado de California, en los Estados Unidos. Según la investigación de Sudestada, la mujer también utiliza habitualmente su nombre de soltera (María del Carmen Burgos) y forma parte activa de los negocios de su marido en la compra y venta de inmuebles. Figueredo Piñeyrúa también es familiar del ex vicepresidente de la FIFA.

La suerte del modesto vendedor de autos usados comenzaba a cambiar, aunque para la celeste las cosas no iban nada bien. El 12 de noviembre la selección uruguaya caía derrotada una vez más, ahora ante el equipo chileno en Santiago por 1 a 0, y bajó al séptimo puesto de la tabla, sitio que sería el definitivo y dejaría a Uruguay fuera del mundial. Pero Figueredo tenía mejores cosas por las que preocuparse…

Una empresa sin responsables


Páginas 3 y 4 del pacto social de la empresa panameña de Figueredo.

Según el documento de casi 20 años al que accedió Sudestada, el capital inicial de Brikford Overseas SA se fijó en 10 mil dólares, y las juntas de accionistas estaban autorizadas a reunirse en cualquier parte del mundo. Si bien la sociedad tenía su domicilio en Panamá, de todas formas podía “establecer sucursales u oficinas en otros países o localidades”.
El documento señala que los encargados de administrar la empresa eran los directores, aunque en su ausencia los podían representar sus apoderados presentando un documento privado. Sólo dos directores (o sus apoderados) eran suficientes para tomar decisiones, sin necesidad de reunirse físicamente.

El artículo 18 del documento incluía un mecanismo perfecto –al menos en apariencia– para moverse con total libertad en el mundo de los negocios, sin asumir responsabilidades: “Los directores o dignatarios no serán responsables por ningún acto ilegal o inapropiado de las personas a las cuales les han otorgado poder o de terceras personas autorizadas para realizar operaciones en nombre y representación de la sociedad”, dice el pacto social, que también establece una larga lista de fines y objetos de la sociedad:
a) La compra, venta permuta, arriendo, manejo, comercio, tenencia e inversión en toda clase de bienes muebles o inmuebles, mercancías, materias de consumo, efectos, productos y otros bienes de cualquiera clase, naturaleza o descripción.
b) La realización de cualquier tipo de operación comercial o financiera, la venta o prestación de servicios y el empleo del personal necesario para ello.
c) La participación en cualquier forma en otras sociedades o compañías, sean estas panameñas o extranjeras.
d) La compra, venta, y comercio en general de acciones, bonos, valores y efectos de cualquiera clase o descripción.
e) La actuación como fideicomitente o beneficiario en fideicomisos dentro o fuera de la República de Panamá.
f) Recibir y/o pagar regalías, comisiones, y otros ingresos o egresos de cualquier naturaleza.
g) La compra, construcción, fletamento, posesión en dominio, operación, manejo y administración de buques y naves de cualquier clase y sus pertenencias, así como la posesión en dominio, operación, manejo y administración de líneas de navegación y agencias marítimas en general.
h) La celebración de cualesquiera contratos de préstamo, de hipoteca, de cesión y contratos o convenios de cualquier otra naturaleza, incluyendo garantías a favor y/o por obligaciones de terceros.
i) La apertura y operación de cuentas bancarias de cualquier naturaleza con cualquier banco o establecimiento financiero en cualquier parte del mundo.
j) Además de los objetos arriba indicados, la sociedad tendrá todas las facultades expresadas por el artículo 19 de la ley 32 de 1927 de la República de Panamá, así como cualesquiera otras facultades que sean otorgadas a la sociedad por cualesquiera otras leyes vigentes.

El asesor legal de Figueredo


Ramón Fonseca Mora, director de Mossack & Fonseca, y asesor de Figueredo y el presidente panameño.

La oficina en la que nació Brikford Overseas, y en la que Figueredo y su familia alcanzaron el control de la misma, pertenece a un estudio que posee antecedentes internacionales de fabulosas maniobras de lavado de activos, y es conocida en Estados Unidos por sus andanzas financieras. Según datos brindados por la DEA en 2009 la firma de abogados Mossack Fonseca & Co tiene representación en Uruguay y también participó en maniobras en Argentina, Perú, Nicaragua y Estados Unidos.

Se trata de un estudio jurídico investigado por fabricar empresas de papel para el lavado de dinero en varias partes del mundo. La firma de abogados Mossack Fonseca & Co, cuya especialidad ­según su propia publicidad­ es formar empresas “offshore” en paraísos fiscales, es investigada en varias partes del mundo por presuntas maniobras de lavado de dinero, esconder activos, evadir impuestos y mantener bien resguardado el nombre de los verdaderos dueños del paquete accionario de las firmas fantasmas.

El bufete de letrados tiene una corresponsalía en la calle Juncal 1305 en la oficina 902. Además, posee otros agentes en paraísos fiscales como Bahamas, Islas Vírgenes Británicas, Samoa (en el Pacífico Sur), Seychelles (en el océano Indico) y British Anguilla.

Mossak Fonseca & Co fue fundada en 1977 como una firma de abogados en la República de Panamá. En su página web afirma que “desde esa fecha hemos establecido otras oficinas titulares de licencias que les permiten ofrecer servicios de incorporación de sociedades/agente registrado/oficina registrada” en varios paraísos fiscales. Uno de sus directores es el conocido abogado Ramón Fonseca Mora, quien actualmente es asesor jurídico del presidente panameño Juan Carlos Varela.

En 2012, el Comité de Seguimiento de Activos de Libia (Asset Trading Committee) aseguró tener indicios de que una filial de Mossak Fonseca & Co había ayudado a ocultar los fondos mal habidos del ex dictador libio Muamar el Gadafi.

En la denuncia salieron a relucir importantes figuras políticas de Panamá y se reveló el esquema que habrían utilizado ex socios de Gadafi para ocultar parte de su riqueza. El Comité de Seguimiento de Activos de Libia, representado por Ann Marlowe, solicitó al entonces procurador general de la nación, José Ayú Prado, una asistencia para poder dar con los verdaderos beneficiarios de siete sociedades anónimas creadas en Islas Vírgenes Británicas (BVI) por la filial de la firma panameña Mossack Fonseca & Co.

“Solicito respetuosamente que Mossack Fonseca & Co. sea investigado por su supuesto papel en ayudar a la ocultación de activos robados de Libia”, afirmó la representante del Comité de Rastreo de Activos de Libia.

Pero el poderoso estudio panameño también ha estado vinculado con otras resonantes causas de lavado de dinero. En abril representantes de Mossack & Fonseca se presentaron a los tribunales del estado de Nevada, en Estados Unidos, en el marco de la investigación que se lleva adelante por presunto lavado de dinero del empresario argentino Lázaro Báez, a quien se figura con la familia presidencial de ese país.

Según la prensa panameña, hace más de un año que el estudio aparece citado en esta investigación impulsada por los denominados "fondos buitre" y en la que se le atribuye haber sido "el responsable del registro de más de 100 empresas fantasma" que habrían usado los empresarios Lázaro Báez y Cristóbal López para "circular dinero sucio proveniente de la Argentina".



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